El tradicional Mercado de navidad de la capital alavesa, previo a la jornada de Nochebuena, ha sobrepasado el ecuador de su celebración en un desangelado ambiente y lejos de las estampas de ediciones pasadas en las que los puestos de verdura, fruta, hortalizas, bebidas, conservas y artesanía congregabana a puñados de clientes dentro del cuadrado perfecto diseñado por Justo Antonio de Olaguíbel y en zonas aledañas como la calle junto a la sede de Correos.

63 puestos en la Plaza Nueva

El azote de la sexta ola de la pandemia no ha logrado tumbar la celebración de la feria, pero en el ambiente de esta mañana en la Plaza Nueva no se percibe la habitual alegría y bullicio de otros años. Respetando todas las medidas sanitarias marcadas por la autoridades, la Fundación Vital ha logrado sacar adelante esta edición de 2021 en la que se han dado cita finalmente 63 puestos de productores alaveses y también de otros llegados de varios puntos de Euskadi.

Desde el mismo momento del acceso ya se puede comprobar que no es una edición de las de antes del mercado, con la regulación de los flujos peatonales, los carteles que recuerdan las normas de comportamiento y los botes de hidrogel preparados para regar las manos de los visitantes.

En la cuadrícula de la plaza los puestos respetan escrupulosamente los 2,5 metros de distancia entre uno y otro y se hallan colocados de una manera concéntrica y distribuidos por toda la superficie. Esta distribución aleatoria no ha sido del total agrado de la Bodega Torre de Murga, llegada desde esa localidad ayalesa para vender su variedad de "ardo aparduna, que no tiene nada que envidiar a los mejores brut nature de Francia", proclama orgullosa su productora Mar Verastegui.

Floja mañana

Su puesto se halla ubicado en una sombría esquina de la plaza y "además de lo que ha llovido estas semanas, lo han regado y limpiado y hay mucha humedad aquí", precisa, para añadir a continuación la "floja mañana" a la que están haciendo frente.

A un puñado de esta productora de txakoli, y en una zona de más tránsito, junto a la entrada desde la sede de Correos, el puesto de venta de muérdago ha sido uno de los que más atención ha despertado y ha congregado a clientes interesados en comprar esta planta.

En estos tiempos de pandemia pertinaz son muchos los que prefieren agarrarse a sus supuestos poderes de que en Navidad debe llegar a muchos hogares y tras colgarlo, sin tocar el suelo, protege los hogares de todo tipo de problemas.

Sin animales ni puestos de verdura fresca

La ausencia de los antaño habituales animales, como los espectaculares capones que no lucen su plumaje desde 2019 en la plaza, junto a la ausencia de puestos de verduras frescas como acelgas o el tradicional cardo, han reducido la lista de puestos de venta de comestibles a los tarros de verdura, conservas de pescado, bacalao, morcillas de Burgos y los dulces como remate al menú que se va a degustar en la cena de Nochebuena o el almuerzo de Navidad