La previsión de cara a Navidad es "bastante buena" para Fernando, presidente de la Asociación de Hostelería de Álava, al frente del restaurante Boka-Dos de Lakua. "Todavía nos queda algo de sitio, pero es cierto que la gente está reservando con antelación", avanza. Son, sobre todo familias, clientes habituales del local las que en estas fechas festivas van a saborear los menú degustación especiales para días señalados en su comedor de 80 plazas.

En el centro de Vitoria, Justo no para de recoger tazas de café de las mesas y ya piensa en que tendrá que reforzar su plantilla del restaurante Virgen Blanca de cara a los fines de semana que restan de año. Augura una campaña navideña a tope. "Ya desde mayo se ve que la gente tiene ganas de juntarse, sobre todo, durante el día y de picoteo", asegura mientras decide si hará menús especiales para un máximo de 90 comensales, la capacidad máxima de aforo del establecimiento.

De viernes a domingo

Erick lleva apenas seis meses tras la barra del Kobatxa y este mes ya ha anotado "muchas" reservas de comedor, tanto para noviembre, como para diciembre, de parejas y de grupos más numerosos de amigos. Y es que, la afluencia de comensales aumenta en el establecimiento a medida que avanza la semana.

"El viernes por la tarde-noche, el sábado completo y el domingo en el vermuteo y las comidas hemos tenido lleno durante el puente de Todos los Santos", apunta a modo de ejemplo. "El domingo estuvimos a tope de niños disfrazados", constata también Rixxieri, en referencia a la fiesta de Halloween, mientras sirve un café en el Toloño.

Tampoco aquí cesan las reservas para los fines de semana. "No son tanto cenas de empresa, como de amigos, familiares, algún cumpleaños y, sobre todo, este otoño, bodas", apunta. ¿Bodas? "Siiií, parejas que ya se han casado, pero que no lo han podido celebrar aún, por el covid o por lo que sea", explica el encargado del Toloño. Asegura que los fines de semana son cañeros en el local y que diciembre va a ser igualmente cañero; sin embargo, de lunes a jueves... "qué quieres que te diga, es Vitoria y no hay nada", lamenta.

Cena y discoteca

Lo que sí ha detectado este hostelero, de nombre y raíces hondureñas, es que "atiende a grupos más pequeños; si antes eran bodas o celebraciones de sesenta o setenta personas, ahora son más frecuentes de veinticinco o treinta invitados". Para el convite suelen reservar la cena y la discoteca hasta las dos de la madrugada. "Pero sí, hay una pasada de bodas", insiste Rixxieri. También fiestas de cumpleaños y celebraciones familiares. No tanto de empresas. "No somos un restaurante como tal, es más un local de picoteo, pero cincuenta personas sentadas caben bien", señala.