- La comunidad científica se ha volcado durante estos largos meses de pandemia en la búsqueda de todo tipo de herramientas terapéuticas para combatir el covid-19. El desarrollo de las distintas vacunas frente a la enfermedad ha sido hasta ahora, sin duda, el éxito más relevante en materia preventiva, pero todavía hoy siguen contándose por centenares los pacientes que tras infectarse desarrollan cuadros más o menos graves y requieren de tratamientos para paliarlos.

Los proyectos de investigación para dar con un fármaco específico que neutralice el coronavirus se han sucedido desde que estalló la crisis sanitaria, pero este hito todavía no se ha alcanzado. Álava, con todo, ha tenido también su parcela de protagonismo en esta carrera. La Unidad de Infecciosas de la OSI Araba, a través del instituto Bioaraba, ha participado en numerosos ensayos tanto a nivel terapéutico como clínico y se ha convertido en una referencia local en esa lucha global contra el covid-19.

“Hay estudios de todo tipo en marcha, pero a día de hoy carecemos de un tratamiento antiviral que acorte el periodo de infectividad”, sentencia Joseba Portu, jefe de sección de Infecciosas de la OSI Araba e investigador de Bioaraba, que ha atendido la llamada de este periódico para repasar parte de la labor que su equipo ha realizado en este ámbito.

Uno de los proyectos más ambiciosos en los que Bioaraba ha participado hasta la fecha responde al nombre de Solidarity, un ensayo clínico internacional impulsado por la OMS que se extendió por alrededor de 400 hospitales de 100 países distintos y al que el HUA aportó 50 pacientes. Fue el tercero del Estado que reclutó más participantes, todos ellos ingresados en el centro gasteiztarra por covid-19 durante sus primeras oleadas.

“Cuando surgió la pandemia, los tratamientos no estaban claros. Todo se basaba en literatura científica relacionada con el coronavirus previo, el SARS de 2003. Algunos datos sugerían que había una serie de fármacos que podían tener una actividad antiviral, también contra el covid, y eso es lo que había”, enfatiza Portu.

Los elegidos fueron la hidroxicloroquina, el lopinavir/ritonavir y el interferón, que ya habían sido empleados contra ese coronavirus anterior -aunque “con datos escasísimos”-, así como el remdesivir, un antiviral descubierto posteriormente y utilizado por primera vez en el año 2009. “En ese momento, al principio de la pandemia, no había nada más y todos los tratamientos se basaban en estos fármacos”, rememora Portu.

El ensayo concluyó que ninguno de los tres primeros fármacos aportaba beneficios a los pacientes, aunque tampoco perjuicios, por lo que dejaron de ser incluidos en el tratamiento del covid-19. Sí que superó la criba el remdesivir, que todavía hoy sigue utilizándose para aliviar a los pacientes que enferman. Pese a que no se produjo ningún hallazgo revolucionario, el especialista defiende que “saber qué tratamientos no son eficaces también es importante”. La participación de Bioaraba en el estudio permitió además al HUA acceder al remdesivir, algo que de otra forma “no hubiera sido posible” al encontrarse entonces en plena fase de producción.

Mientras se encuentra esa fórmula mágica contra el covid, fármacos como los corticoides -tipo dexametasona- y distintos antiinflamatorios se han convertido gracias a la investigación en otras armas terapéuticas eficaces contra la enfermedad.

- Sin un tratamiento antiviral específico frente al covid-19, la batalla contra la enfermedad se libra a día de hoy en la inmunización de la sociedad y en las medidas de seguridad ya de sobra conocidas para frenar la transmisión del coronavirus.

Así lo remarca Joseba Portu, jefe de la unidad de Infecciosas de la OSI Araba e investigador de Bioaraba, tras cerca de año y medio de pandemia. “La clave en el covid actualmente es la vacunación de la ciudadanía. Es fundamental para poder controlarlo, al margen de las medidas de contención social, de protección o de distanciamiento”, enumera el profesional. El futuro, como en todos los momentos de esta larga crisis sanitaria, sigue siendo incierto, por lo que el profesional prefiere no mojarse al ser cuestionado sobre el posible hallazgo de fármacos eficaces en los numerosos estudios que siguen llevándose a cabo a nivel mundial.

“¿Evolucionaremos hacia tener antivirales que en los momentos iniciales de la infección puedan responder y hacer que se limite el periodo de infectividad? Eso sería lo deseable, pero a día de hoy no disponemos de ellos”, subraya. A partir de ahora, Portu avisa de que “iremos viendo la aparición de nuevas variantes y en qué medida repercuten estas en la infectividad y en la clínica de los pacientes“.

Pese a los múltiples proyectos en marcha, la ciencia carece a día de hoy de un tratamiento antiviral que acorte el periodo de infectividad

50 pacientes ingresados en el HUA fueron reclutados para el ensayo internacional Solidarity, que evaluó la eficacia de distintos fármacos