La pandemia obligó a cerrar la Unidad del Sueño de la OSI Araba y puso a sus neumólogos al servicio de los pacientes con covid que, prácticamente de una semana a otra, atestaron la red hospitalaria de Gasteiz. Pero las ideas de sus profesionales no han parado de fluir y, aunque todavía no al 100% de su actividad previa a la crisis sanitaria, el recurso se prepara ya para poner en marcha un recurso pionero de la mano de una universidad norteamericana.

Se trata, según avanza Carlos Egea, de un laboratorio de genética del sueño en niños, que ya se encuentra "a punto" para echar a andar este próximo septiembre. Un servicio que resituará a Vitoria como "un referente en el sueño" y al que se unirán otros retos inminentes como la búsqueda de nuevos y mejores fármacos para tratar los trastornos del sueño, una suerte de "piedra filosofal", según el experto, así como de tecnologías más avanzadas. "Estamos preparando ya el día siguiente a que acabe la pandemia, para que Vitoria no se pare, brille y siga siendo una de las ciudades del sueño", avanza Egea, quien remarca la importancia de la investigación.