a vespa velutina (comúnmente conocida como avispa asiática), llegó, según los Bomberos de Vitoria Eneko Parra y Aketza Sánchez Carreño -que le han cogido el relevo en este campo a su compañero Enrique Elizondo-, allá por 2010 a Euskadi y Navarra, y unos pocos años antes, entre 2004 y 2005, a Francia a través de China.

En todos estos años, los Bomberos han trabajado intensamente con ellas, y muestra de ello son los datos de actuaciones de los últimos años en la ciudad. En 2018, sin ir más lejos, las actuaciones con avispas o abejas alcanzaron las 710 (lo que supone la mayoría de las actuaciones realizadas por Bomberos ese año), y en 2019 y en 2020 estas pasaron a ser 512 en ambos periodos, siendo aún la causa mayoritaria de actuaciones. “Cuando se trata de avispas autóctonas, si no hay más remedio hay que matarlas, pero si cogemos un nido intentamos llevarlo a otro sitio”, explica Parra. No así la velutina, que reconoce que “por desgracia” hay que matarla, porque es una especie invasora. “Todas las avispas tienen un ciclo de vida”, señala además el bombero.

A finales de marzo o abril, las reinas de vespa velutina salen y empiezan a hacer sus nidos primarios -después, en cada nido saldrán unas cien nuevas reinas, y las que sobrevivan establecerán nuevos nidos-. Hasta mayo se hace, además, el trampeo, donde se encuentran “muchas reinas”. Empiezan a poner trampas, y desde junio-julio las velutinas suelen ir a colmenares. “Ahora, cuando cogemos las abejas, solemos poner un núcleo. Vemos que la colmena crezca para poder llevársela a un apicultor”. En ese sentido, asegura que a la colmena suelen acudir velutinas. “Cuando las velutinas comienzan a poner crías, necesitan proteína para ellas y capturan abejas”.

Para la tarea de localizar nidos de avispa, además, la colaboración ciudadana también es clave. A lo largo del pasado año, sin ir más lejos, hubo unos 530 avisos relacionados con himenópteros (abejas, avispas, etc.) y de todos ellos alrededor de un 24% fueron de velutinas. Aunque quieren recordar que “que estén revoloteando por ahí no quiere decir que haya nido. Solemos comunicarlo cuando vamos, porque recibimos avisos y queremos educar en ese sentido, que tenemos que ir a un aviso donde haya un nido”. Tampoco se encuentran tantas vespa velutinas en Vitoria, comparadas con otras zonas de Álava como el Valle de Ayala, donde hay “muchas más”. Esto se debe, según los Bomberos, a las heladas. Sánchez Carreño, por ejemplo, estuvo trabajando en el parque de Bomberos de Llodio, y recuerda cómo en verano tenían “cuatro o cinco nidos al día para quitar. En Vitoria hay bastantes, porque es un núcleo en el que tienen agua, comida, etc. Todo lo que necesitan”.

Cuando les llaman, suelen acudir además a primera hora de la mañana o a última del día, porque “es cuando vuelven al nido. En eso coinciden las abejas y las avispas”. En días lluviosos o cuando no hace mucho sol tampoco salen tanto.

Asimismo, Parra afirma que a las velutinas les suelen gustar los sitios elevados de los árboles, y a las abejas otros espacios como las cajas de las persianas. En definitiva, comparten el gusto por los espacios ocultos. Aunque la velutina tiene una “peculiaridad”; y es que, a diferencia de la abeja, no suele repetir ubicación. “A veces ven nidos, y solemos mirar si hay actividad. Si no la hay, y el sitio no es muy accesible, solemos tomar un registro de las coordenadas”. Porque, cada vez más, tratan de no echar veneno, ya que el depredador de la velutina suele ser la urraca, junto a otras aves, y ese veneno puede ser perjudicial también para ellas.

Ellos van muy preparados a la hora de realizar actuaciones con la vespa velutina. Llevan un traje reforzado para las avispas, y unos arcones con todo lo necesario; una pistola para sellar agujeros, insecticida, adrenalina en caso de picaduras si se produce una reacción alérgica, etc. Al fin y al cabo, recuerda Sánchez Carreño que no es que el veneno de la avispa asiática sea más peligroso, sino que son más grandes e inyectan más cantidad. “El shock anafiláctico podría darse por ser alérgico, o por un ataque masivo”, señalan, y recuerdan que la velutina no ataca a los humanos aunque se encuentren cerca. “Huirán, y solo atacarán si ven el nido en peligro”, resumen. Porque el radio de defensa activa del nido son unos cinco metros. Ante todo, resumen, eso sí, que “es importante conocerla, estudiarla bien, para a controlarla adecuadamente”. Al fin y al cabo, ya tienen depredadores, pero en otras zonas las abejas han aprendido a combatirlas y aquí aún eso no ha ocurrido. Y, como aseguran que “es raro que la presencia de velutina se vaya a eliminar por completo”, explican que conocerla es el mejor método para crear un plan.

Avispas sin nido. La principal recomendación que dan los Bomberos de Vitoria es distinguir si lo que estamos viendo es un nido o solo son avispas, porque el hecho de que haya avispas no quiere decir que el nido esté cerca.

Calma. Lo primordial, ante todo, es también mantener la calma, porque recuerdan que no nos van a atacar de primeras. Solo lo harían si vieran su nido en peligro. Habría que llamar al 112, y que sean ellos los que valoren cómo van a intervenir.

Alergias. Los alérgicos no deben acercarse a los nidos, ni a avispas, y deberían evitar zonas en las que pueda haberlos para prevenir posibles riesgos. Si, sabiendo que se es alérgico, se va al monte, es recomendable llevar una jeringuilla de adrenalina precargada -también cuando se vaya a andar en bici, etc.-, como una medida preventiva.

25%

El año pasado hubo unos 530 avisos relacionados con himenópteros (abejas, avispas, etc.); alrededor de un 24%, de velutinas.

“El shock anafiláctico podría darse por ser alérgico, o por un ataque masivo”

Bombero de Vitoria