- El diputado general de Álava, Ramiro González, y el diputado de Agricultura, Eduardo Aguinaco, visitaron ayer las instalaciones de la Casa del Vino, en Laguardia, donde conocieron el trabajo cotidiano de este Servicio de Viticultura y Enología de la Diputación Foral de Álava con agricultores y elaboradores. Este recurso se ha convertido en una herramienta clave para todas las personas que tienen relación directa con la vitivinicultura en el territorio, ya que el laboratorio presta sus servicios a bodegas, cooperativas y particulares, bien sean organismos públicos o privados.

Aunque su principal labor es el análisis de mostos, productos vinícolas o sidras, entre otros, también lleva a cabo labores de información y asesoramiento técnico enológico. Además, su profesionalidad les ha llevado a ser la oficina encargada de expedir los certificados oficiales de análisis y exportación para todos los productores vitícolas. Y es que el Servicio foral de Viticultura y Enología es uno de los mayor arraigo en Rioja Alavesa gracias al asesoramiento y apoyo técnico que presta en las materias relacionadas con la viticultura y la enología a viticultores y bodegas y también goza de reconocimiento al dedicarse a estudiar, experimentar y divulgar las técnicas más adecuadas para el cultivo de la vid, colaborando con los centros oficiales de investigación.

La visita del diputado general ha coincidido con la elaboración por parte de la Casa del Vino del segundo informe de situación del viñedo en Rioja Alavesa y Arabako Txakolina de esta campaña. En el mismo, se subraya la incidencia de las tormentas que han azotado varios puntos de Álava durante el mes de junio, como los propios González y Aguinaco pudieron comprobar en su visita a Rioja Alavesa para conocer los daños.

El informe explica que “las tormentas han traído precipitaciones de hasta 180-200 litros por metro cuadrado acumulados en algunos puntos de la comarca y temperaturas por debajo de lo habitual para este primer mes de verano. Estas inclemencias han perjudicado a las vides en puntos localizados, con afectaciones a la cosecha en algunos casos, aumento de los costes de producción por los tratamientos para evitar el oidio, el mildiu y la botritys y los cuidados de reparación del viñedo,. A ello se sumaron los daños importantes en infraestructuras de comunicación y en los propios viñedos por arrastre de tierra, especialmente en aquellos con mayor pendiente y sin cubierta vegetal protectora”.

Este periodo de lluvias ha coincidido con la floración y cuajado de la viña, periodo especialmente sensible para este cultivo en el que cualquier alteración de las condiciones normales puede afectar a la transición de flor a fruto. Así en las zonas afectadas, el potencial productivo que el viñedo tenía para esta campaña se ha podido ver reducido.

En cualquier caso, las tormentas no han tenido el mismo impacto en toda Rioja Alavesa, explican los técnicos. Tras la finalización de esta fase, el Servicio de Viticultura estima que los efectos de las tormentas en los rendimientos son, entre otros, que unas 200 a 300 hectáreas, donde las tormentas descargaron con mayor intensidad, están muy perjudicadas por daños directos del granizo y agua, y mermas productivas incluso superiores al 60% en parcelas muy concretas.

En la mayor parte de Rioja Alavesa no hay daños directos por las tormentas, es decir, en los dos tercios más occidentales la alta disponibilidad de agua está favoreciendo un desarrollo notable de los pámpanos con vegetación exuberante y expectativas de cosecha dentro de la normalidad. El viñedo se mantiene en buenas condiciones sanitarias, no sin riesgos, y expectativas de cosecha que hoy alcanzan los límites amparables marcados por el Consejo.