- Comienza el año Ignaciano, y es una fiesta grande en el mundo cristiano y, de manera particular, en las diócesis de San Sebastián y de Bilbao, dado que comparten el patronazgo del fundador de la Compañía de Jesús. Para ser más exactos, el santo nacido en Azpeitia es patrón de Gipuzkoa desde 1620, del Señorío de Bizkaia desde 1680, y de Álava y de la ya creada Diócesis de Vitoria en 1868.

San Ignacio de Loyola murió el 31 de julio de 1556, fue beatificado en 1609 y canonizado en 1622, junto con San Francisco Javier, Santa Teresa de Jesús, San Isidro Labrador y San Felipe Neri, por el papa (San) Gregorio XV. Las Juntas Generales de Gipuzkoa fueron las primeras en acogerse al santo nacido en sus tierras.

El descubrimiento de las raíces vizcaínas del santo por parte de madre doña Mari Sánchez de Licona, que procedía de las Torres de Licona, en Ondarroa y en Lekeitio, justificó que se le proclamase también patrón de Bizkaia desde la localidad de Gernika en 1680. Al año siguiente celebrarían su fiesta patronal por primera vez en el territorio.

Los alaveses se incorporaron a la celebración del patronato de San Ignacio de Loyola el 16 de mayo de 1868, haciéndolo copatrón de Álava, junto con San Prudencio, y de la diócesis creada unos años antes. Los alaveses también encontraron vínculos familiares, concretamente con la casa solar de Salinillas.

En 1950, por la bula Quo Commodius de Pío XII se separan de la diócesis de Vitoria los territorios de Bizkaia y Gipuzkoa, y se crean las diócesis de Bilbao y San Sebastián. En la bula de erección de la diócesis de Bilbao figura el patronazgo de Ignacio de Loyola, que conservará en exclusiva hasta que en 1988 el Papa (San) Juan Pablo II canoniza a (San) Valentín de Berriotxoa, nacido en Elorrio en 1827 y martirizado en Vietnam en 1861.

Las huellas del copatronazgo de San Ignacio de Loyola en la Diócesis de Vitoria son varias. En la sala del obispado donde suelen realizarse las comparecencias ante los medios de comunicación hay una vidriera, rescatada del viejo obispado, cuando estaba en Montehermoso, y en ella aparecen San Prudencio y San Ignacio; otra imagen, también en vidriera, la encontramos en la capilla mayor del Seminario Diocesano; en la Catedral Nueva, recordemos que su proyecto se inició cuando la diócesis la componían los tres territorios, en la capilla de Guipúzcoa, en su friso central se representa a San Ignacio herido en batalla y las misiones jesuitas en América del Sur. A estas podríamos sumar las estatuas que representan al fundador de la Compañía de Jesús en retablos repartidos por las parroquias de la ciudad y los pueblos de Álava.

Ignatius500 es el nombre que recibe este aniversario que se celebra en todo el mundo entre el 20 de mayo de 2021, aniversario de la herida sufrida por Iñigo de Loyola en Pamplona (1521) y que fue el detonante de su conversión, y el 31 de julio de 2022, festividad de San Ignacio. La Diócesis ya ha convocado a los jóvenes a una marcha hasta Loyola en julio.