El fin del estado de alarma ha abierto el abanico de la movilidad a los vecinos de Vitoria y, de paso, los concejos de la ciudad respiran desde este pasado domingo un poco más tranquilos.

Con cautela, porque todavía es pronto para saber qué efecto tendrá el levantamiento de todos los cierres perimetrales, pero la cercanía del buen tiempo y las ganas compartidas por buena parte de la población de salir del municipio y de Álava anticipan unos meses muy distintos a los vividos en esta última fase de la pandemia en las calles de estos pequeños núcleos rurales. Especialmente, en fines de semana y días festivos.

No en vano, las aglomeraciones y los comportamientos incívicos han sido frecuentes en muchos de los 63 concejos de la capital alavesa y sus vecinos incluso han llegado a verse desbordados en momentos puntuales por la invasión de vehículos.

Un punto de inflexión

El primer fin de semana tras la aprobación de este segundo estado de alarma recién concluido supuso un punto de inflexión en numerosos concejos situados a las faldas de la sierra de Badaia y los Montes de Vitoria, como Hueto Arriba y Hueto Abajo, Monasterioguren o Ullibarri de los Olleros, que derivó en varias intervenciones de la Policía Local y la Ertzaintza. También, en un llamamiento a la responsabilidad social que se extendió al Ayuntamiento de Gasteiz.

Las escenas, que corrieron como la pólvora por las redes sociales, dejaron coches mal aparcados en las calles de los pueblos y en los accesos a las parcelas agrícolas -lo cual impidió trabajar a numerosos agricultores-, basura esparcida, grupos más numerosos de lo permitido por la normativa y sin respetar las medidas sanitarias... Y todo ello en plena campaña de recogida de la patata y la remolacha y de siembra del cereal.

En concejos de apenas 30 casas llegaron a contarse 200 vehículos, según denunció entonces la asociación de concejos de Vitoria (Acovi).

"Fue un momento muy preocupante", rememora en declaraciones a DIARIO DE NOTICIAS DE ÁLAVA la presidenta de este colectivo, Nieves Quintana, que a partir de ese fin de semana se ha mantenido en un estado de "alerta constante".

"Ya no sabías cuándo te podía tocar a ti o al concejo de al lado, así que hemos estado en contacto de forma permanente. Los mayores problemas se han dado cuando ha habido cierre municipal, sin duda", expone Quintana. Estos se han reproducido por última vez tras la Semana Santa y hasta el fin de semana del 1 y el 2 de mayo, el último periodo en que Vitoria ha estado en zona roja y confinada.

Los malos comportamientos no acaban

Desde entonces, sí ha habido un "cierto alivio" en los concejos según la presidenta de Acovi, pero los malos comportamientos todavía se suceden.

"La gente tiene más radio de acción, pero estamos preocupados porque se siguen dando usos indebidos de los montes. Hay gente que sigue entrando en las fincas, que abre sendas nuevas con las bicicletas, que altera la vida de los animales... Al final es una cuestión de cabeza, educación y respeto", remarca Quintana.

Como ya sucediese el año pasado, también ha habido irresponsables -y temerarios- que han roto el vallado y seguramente se hayan adentrado en la balsa de riego ubicada entre Otazu y Mendiola. Los carteles que advertían del peligro de adentrarse en ella por la presencia de bombas de succión también han sido arrancados.

La presidenta de Acovi se muestra "a la expectativa" con lo que pueda venir en este "nuevo escenario" y pide, de nuevo, "sentido común".

Líneas en el suelo

"Llevamos una racha de regular tirando a bien. Y me imagino que ahora vendrán días decentes si hace buen tiempo, porque la gente optará por irse a la playa". Habla Emma Muro, presidenta del concejo de Hueto Arriba, uno de los que más ha sufrido las aglomeraciones en esta fase de la pandemia.

Tanto, que en este pequeño núcleo rural se han visto obligados a pintar líneas amarillas en sus calles para señalizar las zonas donde no se puede aparcar. "La gente respeta más desde entonces. No queríamos llegar a esto, pero no nos han dejado otra opción", apunta Muro, quien recuerda fines de semana "tremendos" por la gran concentración de personas y vehículos.

Una sensación compartida por Raúl Iturricha, su homólogo en la Junta Administrativa de Mendoza, que también ha contactado con el Ayuntamiento de Gasteiz para que en este concejo se lleve a cabo una intervención similar, así como la instalación de badenes para evitar que los coches circulen con velocidad excesiva.

"El domingo se notó menos gente, pero aún es pronto. Esperemos que ahora se relaje todo un poco más, porque durante los confinamientos hemos soportado un exceso de vehículos", lamenta Iturricha.

El presidente resume que el problema no es tanto que la gente acuda a concejos como Mendoza a disfrutar de su entorno natural, sino que lo haga "de forma masiva y sin respeto".

La "prolongación" de la calle Dato

Más cerca de Vitoria, en Armentia, Prudencio López de Uralde -presidente de la junta- cree que este núcleo no va a notar tanto el fin de los cierres perimetrales, precisamente, por esa cercanía con el centro de la ciudad.

"Estamos más acostumbrados a recibir gente porque somos la prolongación de la calle Dato. Pero la gente es cívica en general. Y yo creo que esto va a continuar, porque la gente joven no tiene muchos más sitios a donde ir", reflexiona.

Este pasado fin de semana fueron muchos los que se concentraron en el bosque de Armentia, también en la noche del sábado al domingo, primera sin toque de queda.

Reunión. Los colectivos SEA Hostelería-Ostalaritza, Hostelería Gipuzkoa y la asociación de Hostelería de Bizkaia han solicitado una reunión urgente con la consejera de Salud, Gotzone Sagardui, y los consejeros de Seguridad y Turismo y Comercio del Gobierno Vasco, Josu Erkoreka y Javier Hurtado, para conocer la "hoja de ruta" del Gobierno Vasco durante las próximas semanas en lo que a la gestión de la pandemia se refiere y la evolución futura de las restricciones impuestas al sector. Las asociaciones vascas de hosteleros aseguraron ayer que "las celebraciones que han inundado playas, parques y plazas" de Euskadi durante este fin de semana, una vez finalizado el estado de alarma, "han encendido las luces de alarma en el sector", que teme ser "quien, en lo que a restricciones se refiere, pague los platos rotos por los posibles repuntes en los contagios que las actitudes incívicas vividas estos días, puedan provocar".

"Hemos notado cierto alivio. La gente tiene más radio de acción, pero todavía hay usos indebidos de los montes"

Presidenta de Acovi

"El domingo se notó menos gente, pero aún es pronto. Hemos soportado un exceso de vehículos"

Presidente del concejo de Mendoza

"Llevamos una racha de regular tirando a bien. Y me imagino que ahora habrá días decentes si hace buen tiempo"

Presidenta del concejo de Hueto Arriba

"Estamos más acostumbrados a recibir gente porque somos la prolongación de la calle Dato. La gente es cívica"

Presidente del concejo de Armentia