La A-625, en el tramo que discurre entre Amurrio y Llodio, volvió a teñirse ayer de negro, cuando poco antes de las once de la mañana, una persona perdía la vida y otra resultaba herida a consecuencia de un trágico accidente, uno más, en un tristemente conocido punto negro de la red viaria alavesa. El siniestro -según indicaron fuentes de la sección de Tráfico de la Ertzaintza- se registró en el kilómetro 363,5, en la zona conocida como Txirrita, en dirección Llodio, y en él se vieron involucrados tres turismos y un monovolumen, a consecuencia de una colisión múltiple.

Dos de los conductores quedaron atrapados en el interior de sus vehículos siendo precisa la intervención de los bomberos para proceder a las labores de desencarcelación. Como consecuencia de las lesiones sufridas uno de los implicados falleció prácticamente en el acto certificando su defunción el facultativo desplazado al lugar y el otro conductor, una vez liberado, fue evacuado a un centro hospitalario, según el informe del Departamento de Seguridad. Tras el choque en la citada vía, la Ertzaintza cortó el tráfico desde la variante de Luiaondo y optó por desviar el tráfico en sentido Amurrio-Bilbao por la carretera A-624 y, en sentido Bilbao-Amurrio, desde la rotonda de Areta (Arankudiaga) por la carretera N-2522 en dirección al municipio vizcaíno de Orozko y por la A-3632 para dirigirse hacia la localidad alavesa de Okondo. La Ertzaintza ha puesto en marcha una investigación para esclarecer las circunstancias en las que se ha producido el fatal accidente.

Lo de los accidentes de tráfico, en el tramo de 20 kilómetros que separan Llodio de Orduña, no es nada nuevo. Tirando de hemeroteca no son pocos los siniestros que salen a relucir teniendo como triste protagonista a esta carretera. Un choque frontal, en el kilómetro 361, a la altura de Amurrio, en febrero de 2020, en el que resultaron heridos tres jóvenes de 19, 20 y 22 años; otra colisión, a la altura de Llodio, con otras dos personas heridas, a la altura de Llodio y en noviembre de 2019; o el fallecido, en noviembre de 2016, a consecuencia de otro choque frontal entre una furgoneta y un camión, en el kilómetro 357, a la altura de la localidad de Saratxo, son solo algunos de los ejemplos de una realidad que viene de lejos.

De hecho, entre 2008 y 2013 el balance era de doce personas muertas y ello hizo que se alzaran voces pidiendo una intervención urgente. Con todo, tras la ola de siniestros de 2010 se reforzó la señalización, indicando que se trata de una zona con límite de velocidad a 70 kilometros por hora, pero es evidente que los accidentes y fallecidos no son sólo producto del exceso de velocidad. En estos momentos y desde la primavera de 2019, el ente foral alavés está acometiendo -con una inversión cifrada en más de 19 millones de euros- la polémica mejora de la A-625 a la altura de Saratxo, entre los polígonos industriales de Amurrio y el límite provincial con Bizkaia en el término municipal de Orduña. Un proyecto clave en la modernización de las carreteras de la Cuadrilla de Ayala que permitirá dar una solución definitiva a un tramo que figura desde el año 2000 como tramo de concentración de accidentes. No en vano, en el periodo 2007-2018, acumuló un total de 147 accidentes de tráfico, de ellos 52 fueron con víctimas con un saldo de 6 personas fallecidas, 4 heridos graves y 73 heridos leves.

PNV. La senadora Maribel Vaquero reclamó ayer al ministro de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, José Luis Ábalos, "pasar de la casilla de supervisión a la de ejecución" en relación a las obras de mejora de la seguridad en la estación de tren de Amurrio. En la sesión de control al Gobierno, y ante el requerimiento de la portavoz jeltzale, el ministro ha avanzado que Adif ha previsto que, "si todo va bien, el contrato se licitará este verano, con un plazo de ejecución de doce meses". La construcción del paso subterráneo con ascensores y recrecido de andenes fue adjudicada en octubre de 2017 pero en abril de 2019 Adif resolvió el contrato con la adjudicataria.