¿Playa, montaña o municipio colindante? Nadie sabe, a ciencia cierta, cuánto podrá alejarse de su domicilio la próxima Semana Santa, pero todo parece indicar que no se prepararán grandes equipajes. "La gente tiene unas ganas tremendas de viajar, pero quieren hacerlo de forma segura y cuando se pueda", afirma Sergio Gómez, director comercial de Viajes Eroski, quien señala que las escasas reservas realizadas "no son por motivos vacacionales" y se pueden "anular si finalmente no se puede viajar, que entendemos que va a ser lo que va a ocurrir". También Lorea Uranga, presidenta de la Asociación de agencias turísticas receptivas de Euskadi Atrae, se hace eco del deseo contenido de coger carretera y manta. "El cliente pregunta: ¿En Semana Santa podré ir aunque sea a La Rioja Alavesa o Navarra o puedo coger un avión a Canarias? Le dices: Pues depende del LABI. Y te contesta: Vale, pues ya volveré". Es lo que tiene la pandemia, que te haces a todo.

En Viajes Eroski, con más de un centenar de oficinas en Euskadi, tienen la mente ya puesta en el verano, "con una pandemia mucho más controlada y las vacunas más extendidas", estima su director comercial. Tal es así que de cara a Semana Santa ni siquiera están haciendo campaña, como otros años. "Está muy cerca y todavía las cifras no son como para fomentar el ocio. Lo que manda ahora es la salud. Después de lo que pasó en Navidades, tenemos claro que vamos a seguir las recomendaciones del Gobierno Vasco. Espero que hayamos aprendido", confía.

Reservas, haberlas, haylas, "pero el volumen es muchísimo menor. Si el nivel sería 100 un año normal, ahora mismo estamos por debajo del 15% y en muchos casos son de clientes que tienen una causa justificada para viajar: visita o cuidado de familiares, inmigrantes...", detalla y aclara que "en todo momento les indicamos que ahora por decreto no se puede ir de vacaciones".

La posibilidad de cancelar el viaje hasta 72 horas antes se ofrece de serie porque "mañana nadie sabe cómo va estar de salud o cuáles van a ser sus circunstancias personales. Hay que tener flexibilidad por si pasa algo o las cosas no salen como queremos", explica Gómez, para quien "la gente es formal y la mayoría cumple las normas para no tener que volver a pasar lo que estamos pasando".

Las llamadas en busca de información están a la orden del día. "Preguntan si pueden viajar y si tienen que hacerlo por trabajo o motivos personales, qué tipo de pruebas se requieren, si tienen que confinarse... Varía en función de los aeropuertos y los destinos y, además, las normativas cambian de viernes a lunes. Nosotros estamos a la última y les asesoramos porque ahora no es fácil viajar de manera segura", advierte.

Canarias, Baleares, Costa Dorada, Benidorm, Andalucía y "el radio de dos horas y media en coche, como Las Landas o la propia Euskadi, son los destinos estrella" otros años y este no se esperan grandes cambios. Lo que sí se espera es que la pandemia afloje porque "el sector turístico es uno de los más perjudicados. Al limitarse la movilidad y no permitirse ir de vacaciones la afección es directa. Ya no es un aforo, es que no puedes", lamenta y llama a la prudencia. "Vamos a hacerlo bien ahora para poder tener un verano mejor y no tener esos sustos", anima.

"Para estas fechas tenía que estar ya prácticamente todo vendido y ni siquiera tenemos claro si vamos a abrir". Lo dice Juan Luis Sáez, presidente de la Federación de campings de Euskadi y gerente del camping Zumaia, haciéndose eco de la incertidumbre del sector. De hecho, de los 22 campings a los que representa solo dos están abiertos y "otros dos o tres" tienen previsto hacerlo la semana que viene. "El resto estamos a verlas venir. Nosotros hasta dentro de dos semanas, cuando se decidan las medidas que se van a aplicar, no vamos a actuar, aunque casi con toda probabilidad no abramos porque, al no haber turismo extranjero, estás un poco asfixiado y tienes el problema de cómo trabajas entre semana", explica Sáez, quien precisa que "el turismo del País Vasco se mueve los fines de semana y la mayor parte de las veces, un día".

Aunque Semana Santa son "cuatro días y está muy bien, luego hay que ver qué haces el resto del mes y en mayo. Es muy complicado. Cada uno tomará su criterio, pero estamos viendo que la gente va a ser bastante prudente", estima. El teléfono suena, pero las llamadas son "puntuales". "Preguntan por las políticas de cancelación y justo para los cuatro días. Alguna reserva sí se ha cogido, pero no muchas. La gente está esperando al pronóstico del tiempo con quince días de antelación. Si estamos con el covid y no hace bueno, para los que vayan a abrir va a ser una incertidumbre. La semana del 18 va a ser crucial para que la gente se mueva más o menos", concluye.

En las agencias de viaje receptivas, donde el grueso de clientes son extranjeros, han dado "por perdida la Semana Santa". "Dependemos tanto de la velocidad de la vacunación y de las relaciones bilaterales entre los países que las peticiones que estamos teniendo son más de cara a otoño y para 2022 que de Semana Santa ni verano", comenta la presidenta de Atrae, que espera que los turistas europeos hagan acto de presencia a finales de año y los americanos, el próximo. Al menos, dice, en estas dos últimas semanas "ha habido peticiones de presupuestos".

En caso de que se permita finalmente la movilidad entre los territorios de la CAV, Uranga, que cuenta con una agencia receptiva y otra de viajes, prevé que "los socios que se dedican a temas de ecoturismo, experiencias, montaña y cosas de esas tengan público del País Vasco, aunque no es lo habitual, porque lo normal es que cuando te mueves por Euskadi lo hagas directamente". En este sentido, detalla, "es frecuente que la gente de Gipuzkoa vaya a Bilbao o Rioja alavesa, la gente de Bizkaia venga a Donosti o al Goierri y la gente de Álava vaya a la costa".

En el sector de las agencias de viajes, confirma, "está todo el mundo esperando a ver qué dice el LABI: si se pueden mover, qué se puede hacer... Si te puedes ir a Cantabria o a Navarra o si te coges un avión y te vas a Málaga. Porque ahora mismo, con los pueblos perimetrados, el mayor problema que tenemos es que no podemos llegar al aeropuerto", subraya y comenta lo "surrealista" que resulta que "uno de Madrid se pueda ir a Punta Cana y yo no me pueda ir de Zumaia a Zarautz".

A falta de contrataciones a corto plazo, señala esta profesional del sector, están "haciendo reservas para largo, para el puente de diciembre, para Navidades de este año, pero todas son con cancelación gratuita, con lo cual no sabemos lo que vamos a facturar". Pese a todo, se muestra "optimista y cree que el verano que viene será como el pasado o mejor". Durante toda la pandemia los clientes les han atribuido poderes adivinatorios. "Dicen: ¿Tú crees que me podré ir el fin de semana de San José, aunque sea, a Bilbao? Digo: Ojalá. El verano pasado se vendieron cosas: la típica villa con piscina privada para dos familias, Menorca, Lanzarote... Algún aventurado se fue a París y alucinó porque en el Museo del Louvre estaban ellos solos sacándose selfis con La Gioconda".

Mirando al LABI. "Para Semana Santa tenemos una ocupación de un 25%. Es un porcentaje bajo, comparado con el 77% de 2019, pero las previsiones son buenas teniendo en cuenta las limitaciones de movilidad", estima Idoia Ezkurdia, gerente de la Asociación de agroturismos y alojamientos rurales Nekatur. "Estamos teniendo muchas consultas y detectamos que muchos clientes están esperando al LABI para saber si se va a flexibilizar la movilidad y van a poder ir a los establecimientos. Desearíamos tener una apertura dentro de la CAV para poder tener actividad", reclama.

"La gente tiene unas ganas tremendas de viajar, pero quieren hacerlo de forma segura"

Viajes Eroski

"Desearíamos una apertura dentro de la CAV para tener alguna actividad y reservas"

Asoc. de alojamientos rurales Nekatur

"Para estas fechas tenía que estar ya todo vendido y no tenemos claro ni si vamos a abrir"

Federación de campings de Euskadi

"Dependemos de la velocidad de vacunación y de las relaciones bilaterales entre países"

Asoc. de agencias receptivas de Euskadi