Como un jarro de agua fría. Así es como ha vuelto a sentar a los hosteleros de la capital alavesa a los que ha consultado este mediodía DIARIO DE NOTICIAS DE ÁLAVA qué les parecía la noticia de que su sector se tenga que enfrentar desde hoy a un nuevo cierre de sus establecimientos después de que este lunes el municipio de Vitoria rebasara la alarmante barrera de 500 casos de covid por cada 100.000 habitantes.

Como explican tras la barra del café-bar Mallory Jorge Sáez, propietario de este conocido local de General Loma, junto a su camarero Kepa González, el sector ha afrontado esta nueva clausura con resignación: "La verdad es que sí que nos esperábamos que desde este martes cerraran los bares si el municipio de Vitoria llegaba ya a zona roja".

Pero aunque era algo esperado, les ha sentado igual de mal. "Sienta mal siempre, porque siempre paga la hostelería. Se ve que la pandemia es de la hostelería. Estamos en el punto de mira", lamenta, ya que "primero cerramos en marzo, en noviembre un mes y doce días, y ahora otra vez".

Aunque lo "bueno" de este nuevo cerrojazo es que esta vez no les ha sorprendido con las cámaras llenas. "Lo que tenía que comprar hoy, no lo he hecho", detallan desde este bar que a partir de mañana ofrecerá pintxos y café para llevar "porque de lo contrario, no aguantamos más".

Apertura a "la Navarra"

Preguntado Sáez sobre qué le parece la apertura de la hostelería 'a la Navarra', que permite seguir con las terrazas abiertas, pese a que no se pueda consumir en el interior de sus bares, el propietario del Mallory no cree que se pueda poner en práctica en Gasteiz. "Si fuera primavera, pues igual sí que me parecería mejor idea aplicarla aquí, pero ahora, en invierno, cuando un día te hace un grado de temperatura y que otro día te está jarreando, como hoy, no sé ni qué decir", contesta. Y para muestra, las "dos mesitas" de su terraza que colocó ayer, al poco de abrir, "y antes de poner las sillas estaban ya todas mojadas", ilustra.

Por eso el propietario del Mallory vuelve a reclamar "las ayudas que nos iban a dar. Nosotros no hemos visto ni un euro todavía. Había sacado a mis trabajadores del ERTE parcialmente y ahora se van de nuevo todos, los tres que tengo, a él".

A unos metros más allá, en el O´Connor´s Irish Pub, de la calle Prado, a su camarero Siboko Ayala, tampoco le ha sorprendido que los bares tengan que cerrar "teniendo en cuenta cómo iban las cosas después de Navidad, pero sí que me sorprende que sea la hostelería la que más lo está pagando, pero al final es una forma de que la gente no salga".

Y tampoco a este pub les ha pillado con las cámaras llenas, ya que "llevábamos desde el fin de semana viendo la incidencia acumulada. Decidimos acabar con los barriles que ya teníamos pinchados y no hacer ningún pedido para esta semana". Pero no ofrecerán café para llevar. "No nos sale rentable", matiza.

Ayala tampoco cree que la apertura de los bares propuesta en Navarra ayude al sector, "siempre hay que tener en cuenta el clima de cada zona. Por mucho que pongamos terraza, la gente no va a querer estar en ella", aclara Ayala, que pide "que la gente no se relaje, aunque la vacuna veamos que está cerca".

La última consumición

Apurando las últimas consumiciones estaban este mediodía dos hermanos, Nekane e Iñaki, en la terraza del O´Connor´s. "Para nada nos ha sorprendido que cierren los bares por los datos que llevábamos. Lo tenían que haber hecho antes. La Navidad no se tenía que haber celebrado como se ha hecho, pero los bares no tienen la culpa", afirman.

En su caso, apuraban la última consumición que se van a poder tomar en bares hasta que la incidencia baje, pero en su terraza, "dentro no lo hacemos, por miedo al contagio". Además, no suelen ir de bares. "Somos hermanos y hace que no nos vemos un montón y como estaba lloviendo, no podemos estar en un banco. De hecho, esta Navidad, cada uno la pasamos en nuestra casa: él en Zigoitia y yo en Vitoria", declaran.

En el bar La Galería, de la calle Bizenta Mogel, uno de sus socios, Pablo Santos, también se esperaba la bajada de persianas, "pero aún así es una faena", aunque ellos ofrecerán de nuevo desayunos, comida y café para llevar. Como al resto de bares, este cierre no les ha pillado de imprevisto, ya que "las cámaras las teníamos menos llenas porque ya se preveía". Si bien, cree que las medidas actuales son "pan para hoy y hambre para mañana".

"Yo habría cerrado antes y a todos: a transporte y centros comerciales. Si al final se consigue bajar, soy partidario porque si no, los únicos afectados somos los hosteleros", opina Santos