Hay locales que ya no pueden aguantar mucho más cerrados. Por eso, la patronal que reúne a los principales negocios hosteleros de Álava acaba de proponer al Gobierno Vasco la reapertura de los establecimientos el día 9.

Según avanza en una nota de prensa SEA Hostelería, este sector cumplirá en apenas unos días su quinto fin de semana consecutivo con la persiana cerrada, "un suma y sigue en el particular vía crucis que está atravesando este sector desde marzo".

El mismo comunicado incide en que los hosteleros asumen con resignación que vivirán el puente de la Inmaculada, uno de los habituales puntos fuertes del final de año en el calendario sectorial, con sus establecimientos clausurados, pero trasladan a las instituciones que esta situación agónica "no se puede prolongar ni un día más".

En este sentido, SEA Hostelería-Ostalaritza insta al Gobierno Vasco a que autorice la reapertura hostelera el día 9, con la esperanza de que el trabajo que puedan realizar desde esta fecha y hasta el fin del ejercicio les permita, aunque sea a duras penas, "sobrevivir". Con este objetivo, plantean que la reanudación de la labor hostelera se pueda realizar en "un 50% del aforo interior (sentados) y un 100% en las terrazas".

Antelación necesaria

De la misma forma, recuerdan al Ejecutivo autonómico que para habilitar la apertura el día 9 es necesario que la autorización se traslade "con cierta antelación", de manera que los responsables hosteleros dispongan de un margen, aunque sea mínimo, para abastecerse, planificar esta nueva etapa e iniciar los trámites para rescatar a sus trabajadores de los ERTE. Por ello, plantean al Gobierno Vasco que reúna al Comité y la Comisión del Plan Vasco de Protección Civil (LABI) el próximo lunes, día 7, en lugar de postergarlo al día 9, como en principio y según han anunciado fuentes oficiales, tiene previsto hacer el gabinete regional.

El planteamiento de la hostelería alavesa también recoge situar el horario de cierre a las 22.00 horas, una práctica que ya se comparte en otras regiones y que sería posible retrasando el toque de queda a las 23.00 horas, competencia en manos del Gobierno Vasco.

Los hosteleros añaden que impedir por más tiempo que este sector pueda trabajar resultaría "totalmente incomprensible" y situaría a Euskadi como la última comunidad autónoma del Estado en abrir las puertas de sus bares y restaurantes.