- Solo son necesarias una máquina de coser y muchas ganas de ayudar para sumarse a la iniciativa Mascarillas solidarias que el pasado viernes llegó a Vitoria de la mano de Naroa Madinabeitia y que ya cuenta con 200 voluntarios y voluntarias en la ciudad.

“Tengo una tienda de ropa y empecé a recibir mensajes de mis clientas con preguntas y consultas”, explica, porque fue en ese momento cuando comenzó a investigar sobre Mascarillas solidarias, un proyecto altruista que ya ha recalado en otras comunidades autónomas y que ella decidió introducir aquí. “El viernes empecé con todo esto y me empezaron a pedir las mascarillas. Miré patrones, tejidos, etc. El sábado notifiqué que las estaba haciendo. Me encontré con una demanda abismal y pedí ayuda por redes sociales”. En muy poco tiempo reconoce que han ocurrido muchas cosas, y en todas las etapas las redes sociales han sido sus grandes aliadas.

La idea de esta iniciativa es, al fin y al cabo, confeccionar mascarillas en casa con máquinas de coser para poder enviarlas a quienes las necesitan en estos momentos de escasez. En ese sentido, anuncia que les han hecho solicitudes de hogares funcionales, el geriátrico, la funeraria, empresas de limpieza, residencias, vivienda comunitaria, panaderías y la asociación alavesa de taxis, lo que significa que tienen “mucho trabajo por delante”.

En estos momentos, tienen una página web de Mascarillas solidarias, en la que cuentan con tres formularios diferentes. Uno es para la gente que quiere coser, otro es para la gente que quiere donar tejidos (nunca dinero) y el tercero es para los que necesitan las mascarillas.

A aquellas personas que rellenen el primero les piden, eso sí, “que sean un poco constantes”, porque son elementos que se necesitan “con urgencia”. Naroa reconoce que es un trabajo “sacrificado” pero que “merece la pena el esfuerzo”.

Cada mascarilla tarda en hacerse unos 10-12 minutos, y en la web y en las redes sociales de esta gasteiztarra hay un tutorial de cómo hacerlo. “Más o menos rápido, todo el mundo las puede hacer. Cortarlas cuesta un poco más, pero una vez cortadas tardas unos 10-12 minutos en confeccionarlas. Además, recuerda que para esta iniciativa no vale cualquier tejido. Tiene que ser un tejido 100% algodón de un gramaje un poco gordo y tiene que llevar filtro porque “si solo usas el algodón es como un tapabocas”. Los filtros -adelanta- pueden estar hechos de papel de cocina, salvaslips, pañuelos o empapadores, entre otras posibilidades.

Naroa recuerda también la importancia de desinfectarlas. Para hacerlo “se echa el agua y la lejía hasta que rompe a hervir. Una vez hecho esto, se seca, se pone el filtro y se usa, y una vez usada se desecha el filtro y se vuelve a lavar”.

Los voluntarios de esta iniciativa están notando todos los progresos, y también que los vecinos y vecinas de la ciudad están sacando, en estos momentos, su lado más solidario y amable. “Desde ayer tenemos puntos de recogida en algunas panaderías de La Vitoriana. Allí los costureros pueden ir a recoger el tejido”, relata emocionada, junto a otra novedad. “La clínica dental Arca nos va a esterilizar todas las mascarillas y van a llegar esterilizadas y empaquetadas a su destino”. Esta noticia supone que los tejidos llegan esterilizados a las casas para su confección y una vez creadas las mascarillas son nuevamente esterilizadas y entregadas. Hasta el momento, han dado ya alrededor de 200-250 mascarillas a sus destinatarios, pero tienen otras muchas ya confeccionadas, y ven cómo los comerciantes locales se están volcando en ayudarles. “El miércoles nos dieron 150 kilos de sábanas esterilizadas, así que tenemos trabajito para rato. Muchos comercios locales se han puesto en contacto con nosotras. Sale lo mejor de cada persona”, relata.

En definitiva, lo que comenzó siendo una pequeña iniciativa ha terminado abarcando a toda una ciudad que se ha volcado para que en centros, residencias, supermercados, etc. no falten medidas de protección a la hora de tratar con el resto de personas. “Creo que lo estamos consiguiendo y lo estamos haciendo bien. Es muy satisfactorio. Nos mandan fotos de los sitios a los que enviamos mascarillas y es muy bonito. No son un 100% de seguridad, pero dadas las circunstancias puede ser una garantía de protegerse un poco”, concluye con ilusión.

Colaborar. En la web que han creado para la iniciativa hay tres formas de participar. Una es confeccionando las mascarillas.

Donar. Otra de las opciones es la de donar tejido, aunque recuerdan que solo puede donarse material, nunca dinero.

Recibir. El último formulario que se puede rellenar en esta página es el de ser receptor de estas mascarillas, del producto final. Naroa Madinabeitia, la impulsora en Vitoria, recuerda que son muchos los sectores que las necesitan.