Mereció más el Deportivo Alavés en el Coliseum Alfonso Pérez. Tal vez no lo suficiente como para derrotar al Getafe, pero sí para, como mínimo, llevarse un punto, que es lo que consiguió. Fue obra de Guevara el gol que hizo justicia colocando las tablas en el marcador tras el tanto de Arambarri. Ya son ocho los créditos en el casillero gasteiztarra.
Revolución absoluta la que planteó el Chacho. Hasta ocho cambios, en concreto, introdujo el entrenador argentino respecto a la derrota frente al Sevilla: Pacheco (Tenaglia) y Yusi (Diarra) fueron titulares en la zaga, Guevara (Blanco) e Ibáñez (Denis) entraron en el doble pivote, Calebe (Carlos Vicente) y Abde (Aleñá) iniciaron en los costados, y Mariano (Guridi) y Toni (Boyé) formaron pareja en punta.
Algo menos de diez minutos bastaron para apreciar que no se iban a regalar abrazos. Más bien todo lo contrario. Lo que, eso sí, también pudo verse es que cada equipo iba a jugar con distintas normas. Mientras el Getafe aprovechaba su cheque en blanco para ir al límite en cada disputa o encadenar empujones (Abqar), el Alavés tuvo que ver cómo Quintero González le señalaba en contra cualquier mínimo roce.
Muestra de ello fue una acción de Mariano durante el primer cuarto de hora de juego. El ariete babazorro le arrebató la pelota a Abqar en la frontal del área local y, ya mano a mano contra Soria, le pitaron falta. Este castigo, en el centro del campo, nunca lo hubiera aplicado el colegiado andaluz. Y hubo lances más merecedores de ser sancionados de los que pasó de largo. Decisión cuando menos muy rigurosa.
Afortunadamente, esto último no mermó en la concentración del Alavés. Los babazorros siguieron con su plan y no tardaron en ganarle terreno al Getafe. Sivera fue un mero espectador de la batalla y, como tal, observó de lejos la ocasión de gol más clara de la primera mitad. Fue en una recuperación alta de Mariano, que atacó el área azulona y asistió raso a Abde, cuyo remate, demasiado centrado, paró Soria.
Las dos menciones al delantero hispano-dominicano no son casualidad. Fue el mejor visitante sobre el césped getafense durante la primera mitad. Recuperó varios balones interesantes, combinó bien en alguna que otra transición y siempre se mostró dispuesto a correr al espacio. Lo único que le faltó fue acierto de cara a puerta. En su mejor intento, un disparo desde la frontal, se encontró con el portero.
SEGUNDA MITAD
Tras el paso por los vestuarios, lo primero que hizo el Chacho fue dar entrada a Carlos Vicente en lugar de Calebe. No había estado mal el brasileño, pero recibió un golpe y, si por las molestias no eran suficiente razón, también tenía amarilla. Lo que no cambió fue la dinámica del encuentro. Al poco de la reanudación, el recién entrado Sancris dejó un feo pisotón a Ibáñez y, en un sinsentido, no vio la tarjeta.
Al inicio de la segunda parte, sin embargo, el Alavés no fue tan dominador como en la primera. Salió algo frío. Y, aunque tampoco el Getafe hizo grandes méritos para adelantarse, la fortuna sí que estuvo de su lado. Milla intentó un remate lejano, este pegó en la bota de Mayoral y Arambarri, atento y rápido, cazó el rechace para estrenar el electrónico (1-0, min. 63). Castigo demasiado duro.
El tanto local despertó a los babazorros, que respondieron con un disparo de Toni al poste. El propio delantero murciano fue protagonista en las dos acciones siguientes. Primero, Djené y Abqar le hicieron un penalti que ni el árbitro ni el VAR consideraron. Y, en el saque de esquina después de esa jugada, hizo una acrobacia para asistir a Guevara, que no perdonó solo en el segundo palo (1-1, min. 71).
Ya en la recta final, con las tablas en el marcador, ambas escuadras fueron en busca del tanto de la victoria, pero ninguna lo consiguió. Y tampoco estuvieron cerca de ello. Las ocasiones brillaron por su ausencia, incluso con los cambios de Denis (Ibáñez), Aleñá (Toni), Boyé (Mariano) y Parada (Yusi). Al final, una y otra se conformaron con el punto, que no es malo.