Cuando se estudian y se utilizan bien, las cesiones son una herramienta muy útil para que los clubes fogueen a sus jóvenes promesas. Así, sin ir más lejos, lo ha podido ver el Deportivo Alavés durante este curso con Joaquín Panichelli y Víctor Parada, ambos en el Mirandés. En Anduva, tanto el argentino como el madrileño han encontrado el rodaje que necesitaban y han demostrado que merecen una oportunidad como babazorros.

Pues bien, esa fórmula es la que espera repetir el club gasteiztarra con Adrián Pica de cara a la próxima temporada. En el Paseo de Cervantes confían mucho en el potencial del defensor salmantino; pero, como en otros casos, ven necesario que tenga un año de participación continua para no ralentizar su progreso. Algo que Eduardo Coudet, como es lógico, no le puede ofrecer, pues en Primera no le queda otra que minimizar riesgos.

Lo positivo es que a Pica, en principio, no le deberían faltar propuestas para salir cedido este verano. Ya antes de firmar por el Alavés tuvo varios pretendientes de LaLiga Hypermotion, interesados en ficharlo en propiedad, y sus pinceladas como babazorro no han hecho que corroborar que cuenta con aptitudes interesantes para la exigente categoría de plata. Lo fundamental es que juegue.

Pica, en el choque ante el Rayo Vallecano. Europa Press

En su primer año en el Glorioso, a donde llegó procedente del Guijuelo, el central de Alba de Tormes ha jugado 586 minutos con el primer equipo, la gran mayoría en Liga (496). Luis García Plaza le hizo debutar en Anoeta, además como titular, y en aquel duelo estival Pica ya dejó claro que el hecho de saltar tres categorías no le iba a condicionar. Se le vio valiente, muy rápido para salir al cruce y no cometió ningún error grosero atrás.

Esas buenas sensaciones las repitió semanas más tarde. Después de aparecer en las rectas finales frente al Real Madrid y el Barcelona, sin tiempo para nada, volvió a salir de inicio ante el Rayo Vallecano y, pese a la derrota, fue uno de los mejores sobre el verde. Muestra de ello es que Luis García le dio continuidad en las dos jornadas siguientes, contra el Mallorca y el Villarreal. Tremenda irrupción la del defensor salmantino.

El de La Cerámica, sin embargo, sería su penúltimo encuentro como titular de la temporada. Consciente de que su futuro estaba en juego, el entrenador madrileño apostó por las certezas, como haría Coudet después, y ahí vio frenada su progresión en el primer equipo gasteiztarra. A lo largo de la segunda vuelta, Pica solo apareció dos veces. Y en ambos encuentros, con el Leganés y Osasuna, el argentino le dio menos de 15 minutos.

Su actuación en Butarque, además, le marcó especialmente de cara al epílogo de la campaña, en la que, si el Chacho hubiera querido, podría haber aparecido, pues hubo necesidades en la retaguardia. Fue él quien no cubrió al exalbiazul Munir en el tercer gol de los pepineros y el entrenador babazorro no le perdonó ese error, que costó dos puntos muy importantes. Ahora bien, el paso atrás del equipo también influyó en ese pinchazo.

MISMO CAMINO

En la misma situación que Pica, según manifestó Sergio Fernández en su charla más reciente, están varios futbolistas del Alavés. Uno de los dos porteros suplentes, ya sea Jesús Owono o Adrián Rodríguez, saldrá este verano, aunque no se descarta que el ecuatoguineano pueda hacerlo como traspasado. Y a Hugo Novoa, en quien se confía sobremanera, se le buscará una cesión que le permita recuperar sensaciones.

En el aire está el futuro de Abde Rebbach, quien es probable que vuelva a salir salvo que se gane la confianza de Coudet. Y también se les buscará destino a varios jugadores del filial babazorro, entre los que destaca Unai Ropero. Al atacante gasteiztarra ya le han comunicado que deberá seguir fogueándose fuera del Glorioso, más todavía tras su poco fructífero paso por el Eldense, descendido a Primera RFEF.