Síguenos en redes sociales:

Alavés 0-2 Rayo: vuelta a las andadas en Mendizorroza

Los babazorros vuelven a la senda de la derrota en casa, fallando un penalti y sin capacidad de reacción en la segunda parte

Aleñá trata de superar a Jorge de Frutos

31

Lo vivido hace tres semanas en Mendizorroza fue un espejismo. O eso, al menos, es lo que demuestra la derrota del Deportivo Alavés este sábado frente al Rayo Vallecano. Igual que en la mayoría de partidos de esta campaña, los albiazules no supieron hacerse fuertes en casa y echaron por la borda otra oportunidad para tomar oxígeno en la lucha por la permanencia. Cisse y Pedro Díaz marcaron los goles visitantes y Joan Jordán falló un penalti. 

Hubo más sorpresas de las esperadas en el once del técnico argentino. Además de Antonio Sivera (Adrián Rodríguez) y Kike García (Toni Martínez), cuya titularidad se presuponía, también arrancaron el encuentro sobre el césped Jon Guridi y Pau Cabanes en detrimento de Carlos Martín y Carlos Vicente. De esta manera, Coudet buscó poblar la medular, sobre todo a nivel de esfuerzos. Había que contrarrestar el físico visitante.

Las imágenes del partido entre el Alavés y el Rayo Vallecano en 'Mendi'

El duelo entre el Alavés y el Rayo, eso sí, no comenzó en Mendizorroza. Lo hizo en sus aledaños. Ambas aficiones realizaron su particular corteo rumbo al estadio albiazul y colorearon así las calles de una Vitoria-Gasteiz con olor a fútbol ya desde el mediodía. Y ese gran ambiente, cada vez menos habitual por los obstáculos que pone LaLiga, se hizo notar dentro desde el pitido inicial. Había ganas de repetir lo ocurrido ante el Villarreal.

En lo futbolístico, por el contrario, no empezó nada bien la tarde para los intereses babazorros. El Glorioso saltó al césped dormido y, en un córner que no tuvo necesidad de ceder, los vallecanos tomaron ventaja con un gran testarazo de Ciss, que atacó con fuerza el primer palo (0-1). No se había cumplido el segundo minuto del encuentro y los locales ya estaban por detrás en el marcador. Al menos había tiempo suficiente para remontar.

Y hubo ocasiones para ello. La más clara la tuvo Joan Jordán, desde el punto de penalti. Lo provocó Nahuel Tenaglia, derribado por detrás por Chavarría en una contra, y no supo aprovecharlo el catalán. Lo tiró a lo Panenka y Batalla le leyó a la perfección las intenciones, si bien fue bastante predecible por su gesto. Poco antes, Abdel Abqar, en dos tiempos, también pudo empujar la pelota a la red en otra acción a balón parado. 

A partir de ese momento, el ritmo fue a menos, con muchas interrupciones, y las oportunidades llegaron a cuentagotas: los intentos de Kike García y Álvaro García fueron los mejores. Uno de los problemas del Alavés fue que ninguno de los dos extremos, ni Cabanes ni Carles Aleñá, aunque este último juega más de interior, dio lo suficiente al equipo. Al primero no le salió nada y el segundo apareció menos que otros partidos.

INCAPAZ DE REACCIONAR

Ya en la segunda mitad, los babazorros saltaron con una marcha más que el Rayo al terreno de juego, lo que les permitió llevar la batuta y, por medio de Guridi, exigir a Batalla. El portero fue un muro durante toda la tarde. Se pagó caro, sin embargo, no aprovechar ese inicio. En un acción sin excesivo peligro, Pedro Díaz se sacó de la chistera un disparo ajustado desde la frontal para el segundo tanto visitante (0-2, min. 58).

Inmediatamente, el Chacho intentó reaccionar con dos movimientos: Carlos Martín y Toni Martínez saltaron como revulsivos en lugar de Guridi y Aleñá. El argentino cambió el dibujo a un 4-4-2. Minutos antes, justo después del descanso, también había entrado Carlos Vicente, sustituyendo a Cabanes. Los dos cambios restantes fueron para Tomás Conechny (Aleñá) y Asier Villalibre (Manu). Ninguno de los cinco funcionó.

La media hora restante fue muy plácida para el Rayo. Los de Íñigo Pérez apenas sufrieron atrás y cada contragolpe hizo tambalear las ya pocas esperanzas babazorras. El Alavés, simplemente, no supo qué hacer para meterse en el encuentro. Algo de lo que, como es lógico, se contagió la grada. Hubo varios momentos de silencio en Mendizorroza y otros de crítica hacia el banquillo. Volvieron los cánticos de "Ia, ia, Luis García" y de "directiva, dimisión", aunque se cerró con el himno.