De nuevo, miedo a ganar

El Deportivo Alavés desperdició esta noche otra oportunidad para dar un golpe sobre la mesa ante un rival directo y lograr, a la postre, un salto que brinde tranquilidad a nivel clasificatorio. Y ya son innumerables ocasiones en las que el conjunto vitoriano ha regalado una vida extra a su oponente y ha acabado cediendo puntos a un rival que estuvo desahuciado durante buena parte del encuentro.

El Deportivo Alavés tuvo miedo a ganar. O eso es, al menos, lo que transmitió Eduardo Coudet en los instantes finales con su planteamiento conservador, en el que entregó por completo la posesión del balón a su oponente y renunció totalmente a atacar a un anfitrión cuya defensa fue un flan ante cualquier acercamiento babazorro.

El Deportivo Alavés, con el 0-2 en el marcador, se echó hacia atrás con enorme apatía y, paradójicamente, defendió peor cuando más futbolistas acumuló en las tareas defensivas. Los atacantes de Las Palmas hilvanaron jugadas con suma facilidad en el último tercio y no hubo jugador alguno que fuera capaz de detener el encuentro mediante una falta o cualquier tipo de interrupción.

Penalti absurdo, otro más

Véase el caso de Facundo Garcés, sólido en sus dos anteriores actuaciones con la zamarra albiazul, pero que apareció en la foto del penalti al tener su brazo extendido en el remate del pujante McBurnie. Al Deportivo Alavés, al igual que en anteriores encuentros como ante el Leganés, Espanyol o Girona, le comenzaron a temblar las piernas y fue en ese preciso momento cuando Las Palmas detectó el miedo en las filas albiazules para hacer más daño aún.

No hay duda de que el Glorioso se ha abonado a regalar puntos a sus oponentes en los minutos finales de los partidos. Es, de hecho, el tercer equipo de Primera División que más tantos encaja en los últimos 15 minutos de cada partido. Un total de 14 tantos en contra durante este periodo certifican al conjunto vitoriano como un equipo endeble y sin oficio alguno en los epílogos. Tan solo el Valladolid y Leganés, dos equipos que, con toda lógica, ocupan la misma zona de la tabla que el equipo vitoriano, han recibido más goles en este tramo de los partidos.

El do de pecho obrado ante el Villarreal bien pudo ser el punto de inflexión del equipo babazorro en esta faceta, pero nada más lejos de la realidad, aquella oda a la resiliencia en Mendizorroza constituye un espejismo. Anoche faltó oficio, pero desde el banquillo hasta los once protagonistas del terreno de juego. Eso a lo que se le conoce como “el otro fútbol” y que tan solo Adrián Rodríguez, un debutante en la categoría, fue capaz de poner en práctica mediante las pérdidas de tiempo que acabaron cayendo cruz para el equipo babazorro.

Con tal historial de varapalos, resulta muy complicado lograr la permanencia en la máxima categoría. Porque el Deportivo Alavés fue claramente superior a su oponente hasta que perdió sus señas de identidad e, incomprensiblemente, comenzó a deambular por el tapete de Gran Canaria, entregando la cuchara a su oponente. 

De nuevo, el equipo rozó con la yema de sus dedos un triunfo –que le habría permitido llegar al parón con un balance de siete puntos de nueve–, pero no hay manera de que el Chacho y sus pupilos sean capaces de resolver definitivamente un encuentro. Y esto mismo le está costando un buen saco de puntos al Deportivo Alavés, que sigue sin mostrarse del todo fiable en los duelos directos ante sus iguales.