El Deportivo Alavés va “por el buen camino”. Esa es la idea que Luis García Plaza ha repetido en sus últimas comparecencias, tanto durante la mala racha de su equipo, que llegó a concatenar cinco derrotas, como después de romperla frente al Mallorca. Y lo ha hecho porque los resultados así le avalan: pese a sus altibajos, los babazorros han llegado a este parón de selecciones tres puntos por encima de los puestos de descenso.
Los números de esta temporada, además, se ven ligeramente reforzados si se comparan con los de la pasada, en la que, eso sí, se partió con la etiqueta de recién ascendido. A estas alturas, el Glorioso tenía un punto menos (12) y, antes de fin de año, sumaría cuatro más, marchándose con 16 a las vacaciones navideñas. Un desempeño que la escuadra albiazul está en disposición de mejorar en su segundo curso en la élite.
A la vuelta de este nuevo impás internacional, el Alavés visitará el feudo de todo un trasatlántico como el Atlético de Madrid, donde la lógica jugará en contra de los albiazules; y, superado ese escollo, el calendario será algo más favorable. No mucho, pues cualquier rival es exigente en LaLiga, pero sí lo suficiente como para confiar en acabar 2024 con más puntos que 2023 –hará falta sumar cuatro en cinco partidos para ello–.
Tras la expedición al Metropolitano, tendrá lugar uno de los dos encuentros más relevantes, que será contra el Leganés en Mendizorroza. Ningún rival directo debe sacar rédito del feudo gasteiztarra y muestra de lo importante que será ese choque es que, sin ningún tipo de duda, Luis García recurrirá al ritual de entonar una frase en euskera al final de su comparecencia en la víspera. No puede repetirse lo que pasó contra el Pucela.
Posteriormente, será momento para los derbis: el primero de ellos, en El Sádar; y, el segundo, en el Paseo de Cervantes. Enfrente estarán Osasuna, la gran revelación en esta primera vuelta, y el Athletic Club en dos jornadas muy especiales para la afición que, eso sí, el curso pasado no dieron alegrías en lo deportivo. No hace falta recordar que el Alavés cayó derrotado en todos sus cara a cara tanto con rojillos como con zurigorris.
Finalmente, el Glorioso cerrará el año frente a otro de sus rivales directos por la permanencia: el Valencia. Está por ver, de todas formas, si Rubén Baraja llega o no a esa contienda en Mestalla, porque los ches, aunque han disputado dos partidos menos que la mayoría, son colistas de la categoría después de un arranque muy pobre. Ahora mismo es difícil saber cuál será su situación cuando llegue la visita de los babazorros.
Entremedias, cabe mencionar, el Alavés tendrá que cambiar el chip durante unos días para afrontar la segunda ronda de la Copa del Rey. Los albiazules ganaron su billete tras vencer al Compostela y volverán a medirse con un rival de inferior categoría, que se conocerá en el sorteo del 27 de noviembre en Las Rozas. Asimismo, la fecha elegida por la RFEF para la disputa de esta nueva eliminatoria son los días 3, 4 y 5 de diciembre.
DE MENOS A MÁS
Todos los puntos que se sumen antes de las campanadas serán bienvenidos para un conjunto babazorro que, desde que cuenta con Luis García, siempre ha mejorado en la segunda mitad del campeonato. Así se vio con la décima plaza de la temporada pasada, fruto de unos meses de enero y abril determinantes, y también con el ascenso en la anterior. El Glorioso tuvo opciones de subir de manera directa hasta el último día.
Mucho tiene que ver en esto último, claro está, el hecho de que el Alavés se vea obligado a variar una parte importante de su plantilla cada año. Los futbolistas necesitan tiempo de adaptación, en especial cuando son jóvenes y tienen poca experiencia en la máxima categoría, y es lógico que, con los minutos y la confianza que les aporta el técnico madrileño, acaben rindiendo mejor en la segunda vuelta que en la primera.