La historia reciente del Deportivo Alavés no se entendería sin Tomás Pina. El manchego lideró la medular albiazul durante cinco temporadas y, aunque el epílogo no fue de buen recuerdo, sí que dejó a su marcha cuatro permanencias en Primera División y multitud de grandes momentos, como la histórica remontada en Montilivi o la victoria ante el Real Madrid en Mendizorroza. Ahora, a sus 36 años, ha colgado las botas. 

¿Qué tal sus primeras dos semanas como exfutbolista?

Bien, la verdad. Es cierto que el primer y segundo día, con la emoción del momento, no fui demasiado consciente de ello, pero estoy tranquilo. Al ser una decisión muy meditada, no me han surgido dudas inesperadas y me siento feliz por colgar las botas habiendo conseguido lo que quería conseguir. No encuentro, si vuelvo a reflexionar, una motivación grande para lograr algo más en mi carrera.

¿Le costó mucho tomar esa decisión? 

He necesitado de un proceso para ir meditándolo y formarme esa idea, sí. El verano pasado, cuando volví de China, ya lo tenía en mente, pero me dio vértigo. Sentía cosas que no siento ahora y decidí seguir, bajando un poco la exigencia, para que el paso no fuera tan traumático. Acerté, diría; pues este año en el Real Murcia, aunque he jugado y disfrutado, me ha servido como transición. Respecto a los motivos, lo que más pesa es la motivación, sin olvidar las ganas de dedicar más tiempo a la familia. Ya no soy el mismo jugador que era cuando tenía 25 o 30 años y, desde que dejé el Alavés, no ha habido retos que me llamen especialmente la atención, más allá de la experiencia asiática, que fue un acierto.

Ya que lo menciona de manera positiva, ¿qué es lo que más le gustó e impactó de China?

(Suspira). Son demasiadas cosas. Yo ya había estado antes allí, también en Japón y Corea del Sur, y me gusta mucho en general la cultura oriental. Lo que más me sorprende, en concreto, es la forma en la que se toman la vida, sin prisas. Dan otro valor al tiempo y no se ponen nerviosos antes situaciones que aquí, en España, alterarían a más de uno. También es un lugar muy seguro, hasta el punto de dejarte el móvil en un banco, volver al día siguiente y encontrarlo allí. Recomiendo a cualquiera visitar China, porque es una experiencia bonita.

¿Y del fútbol chino? 

Lo cierto es que el nivel es muy bajo, tanto que me sorprendió para mal. A los jugadores chinos les enseñan algo y solo saben hacer eso, son como robots. No tienen creatividad, al contrario de lo que ocurre en Europa o en otros continentes con mayor tradición futbolera, y eso les impide progresar. La competición en sí, no obstante, sí que me pareció disfrutable. La organización es buena y visitas estadios que aquí serían de Champions League

Hemos profundizado en la etapa asiática, pero cómo valora su carrera en términos generales. ¿Se le ha quedado algo por hacer? 

No, creo que no. Sí que cambiaría, tal vez, mi decisión de firmar por el Brujas tras pasar por el Villarreal, pero no por el club belga, que me trató genial. Creo que, si hubiera apurado más en ese mercado, podría haber encontrado un equipo de media tabla de la Premier League, lo cual me ilusionaba mucho. Por lo demás, estoy más que satisfecho. En el Mallorca me sentí muy bien y debuté en Primera, en La Cerámica competí al máximo nivel y el Alavés me dio la estabilidad que buscaba, sin obviar a todos los demás. 

¿Cómo ha influido el fútbol en su personalidad?

El Pina que debutó con el Mallorca hace 15 años y el que se retiró hace poco en Murcia son muy distintos, eso está claro. A los futbolistas, aunque desde fuera se nos vea como personas despreocupadas por el dinero y el reconocimiento que tenemos, nos obligan a madurar a marchas forzadas. Quien no aprende a gestionar todas esas cosas de adulto que al resto de la sociedad les suelen llegar más tarde, no dura mucho en Primera División. Luego, claro está, los vestuarios te curten, al tener que convivir con tantas personalidades diferentes. 

¿Qué se le viene a la cabeza cuando piensa en su etapa como babazorro?

Mucha felicidad. Esos cinco años, salvo por el descenso sufrido en el último, me dejaron un recuerdo general buenísimo, de jugar en el Alavés, disfrutar de Mendi y vivir en Vitoria, donde nació mi hijo. Me siento muy identificado con lo que significa el Glorioso y todo lo que le rodea, hasta el punto de considerarlo mi segunda casa.

"No quiero sacar pecho pero a Sivera se le veían grandes condiciones y lo único que necesitaba era tiempo y confianza. Es uno de los mejores porteros de Primera"

Es evidente, repasando los últimos años, que el Alavés no deja indiferente a nadie, ya usted fue partícipe de varias escenas de película, como lo ocurrido en Montilivi con Abelardo.

(Ríe). Está claro. Es un club que tiene ese ADN de pelear y no rendirse nunca y eso te lleva a sufrir mucho, tanto desde dentro como desde fuera, pero también a disfrutar, más incluso que los que ganan títulos. El Alavés es un club muy fácil de sentir, y te lo puede decir cualquiera que haya pasado por él. 

Ha mencionado que el club albiazul le dio estabilidad, ¿se imaginaba, antes de llegar, que jugaría tanto tiempo en Mendizorroza? 

No lo piensas, si bien, menos en Bélgica, siempre he sido un jugador de estar bastante tiempo en mis equipos. Yo, al no estar cómodo en el Brujas, buscaba un sitio familiar, con ambiente de fútbol, y el club más afín a ello era el Alavés. Lo comprobé en mi primer año allí, cuando estuve cedido, y en verano (2018) mi única idea era volver. Ahí no quise escuchar ofertas que no fueran del club albiazul. 

“Mi etapa como babazorro fue muy feliz; salvo por el descenso sufrido el último año, el recuerdo general que tengo es buenísimo”

¿Quién fue el entrenador que más le marcó durante su etapa en Vitoria? 

Bueno, diría que el Pitu, con quien vivimos nuestra mejor etapa. También Mendilibar, pese a que no estuvo mucho tiempo, y Calleja siempre me pareció un buen técnico. 

¿Y compañero?

Lagu es un gran amigo; Manu, que era el capitán, me ayudó un montón; Munir, en su único curso en el Alavés, me sorprendió; Pache, Wakaso… me acuerdo de muchos, la verdad. También de Sivera, que tuvo que esperar su momento, pero ahora ha conseguido hacerse con el puesto y mostrar mucha seguridad.

Aprovechando que lo cita, ¿esperaba esa evolución de Sivera?

No quiero sacar pecho por ello, pero sí me lo imaginaba. A Sivera se le veían grandes condiciones y lo único que necesitaba era tiempo y confianza. Lo más complicado, lo innato, siempre lo ha tenido. Hoy, para mí, es uno de los mejores porteros de Primera División y se merece lo que ha conseguido, pues no es fácil aguantar tantos años a la sombra de Pacheco.

¿Qué me dice de Mendizorroza? 

Que es una pasada jugar allí. Y no lo digo yo, lo dicen compañeros que están en Villarreal o Mallorca con los que hablo sobre el tema. La afición da puntos al equipo y es uno de los grandes valores que tiene el club.

"Es una pasada jugar en 'Mendi' y no lo digo yo, lo dicen compañeros que están en Villarreal o Mallorca. La afición da puntos y es uno de los grandes valores que tiene el club"

Por lo que comenta, veo que ha seguido al Alavés estos años. ¿Es futbolero, no?

Sí, sí. Hay muchos en esta profesión que no lo son, pero yo sí. A mí me gusta ver y hablar de fútbol y alucino cuando algunos compañeros no conocen a leyendas del pasado. No te exagero, ahora que he empezado a notar la brecha generacional, si te digo que en el Murcia me he encontrado a chavales que no saben quién es Raúl (González Blanco), así como anécdota.

Tomas Pina disputa un balón frente al Eibar. LaLiga

Y, en relación con esto último, ¿qué le ha parecido el Alavés esta temporada?

Me ha gustado. He visto a un equipo que ha sabido competir, que ha estado cerca en el marcador en todos los campos, y eso es lo que le ha permitido salvarse con solvencia. Ha habido algún bache de resultados, eso es cierto, pero a mí me ha parecido muy superior a muchos otros clubes de LaLiga. Creo, como valoración, que hay un buen entrenador y también una plantilla equilibrada, con gente que destaca por su valor humano, que es por lo que debe apostar el Glorioso.

"Me gusta ver y hablar de fútbol y alucino cuando algunos compañeros no conocen a leyendas del pasado. En el Murcia me he encontrado a chavales que no saben quién es Raúl"

Echando la vista un poco más atrás, ¿cómo vivió el gol de Asier Villalibre? 

Estaba en China, así que en diferido. Lo vi por la mañana, al despertar, y aluciné. Me habría encantado vivirlo en directo.

Volviendo a lo personal, ¿tiene planes de futuro?

Ahora pienso en descansar y en dedicarle tiempo a cosas que no he hecho, como estudiar o disfrutar de más actividades con la familia. Quiero estar unos meses así y, a partir de ahí, veré lo que me pide el cuerpo. No descarto nada, tanto de fútbol como de fuera de él.

¿Es una opción dar el paso a los banquillos? Se dice que los centrocampistas tienen más facilidad para ello. 

Puede ser, sí. Tendría que formarme, si bien ya he aprendido cosas gracias a los técnicos que he tenido, pero no me disgusta la idea. Es cierto, además, eso que comentas; jugar en el centro obliga a uno a dirigir, controlar y entender más movimientos.

También, si descarta esa opción, está la de cambiarse a la televisión, como muchos exfutbolistas que comentan partidos. Usted empezó periodismo… 

No veo por qué no. Ya te digo, voy a valorar cualquier oportunidad que se me presente en el futuro y es una de ellas. Me parece una profesión muy bonita.

“Me ha gustado mucho el ‘Glorioso’ de este curso; he visto a un equipo que ha sabido competir en todos los campos, que es lo fundamental”