Aunque muchos vitorianos no se encontraban en la ciudad por las fiestas de Semana Santa, Mendizorroza presentó una imagen fantástica en la derrota ante la Real Sociedad y una de las mejores entradas de la temporada con una asistencia de 18.572 espectadores. Algunos de ellos fueron seguidores txuri-urdines que se entremezclaron con la hinchada local, demostrando un día más la buena relación entre aficiones.

Aunque la lluvia dificultó el poteo por la mañana, los seguidores de ambos equipos compartieron las horas previas al encuentro tiñendo de azul y blanco las calles de la ciudad. El escenario y el ambiente no pudo ser mejor para celebrar una tarde histórica en la que el Alavés cumplió 600 partidos en Primera División.

Con este motivo, los futbolistas albiazules, que fueron recibidos con una ovación, saltaron al césped con una camiseta conmemorativa, réplica de la que utilizaron los héroes que hicieron debutar al club en Primera en el año 1930. Mientras, el fondo de animación entonó el Ikusi Mendizaleak, mostrando además numerosas ikurriñas por toda la grada y una pancarta con el lema “Euskal Herria, gure aberria”, aprovechando la disputa del último derbi vasco de la campaña.

Eso sí, una vez sonó el pitido inicial, ambas aficiones se centraron en animar a sus respectivos equipos salvo en el momento en el que, alrededor del minuto 25, ambas se volvieron a unir bajo el cántico en memoria de Aitor Zabaleta, que fue recibido por aplausos por todo el estadio en un emotivo gesto de los locales.

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En imágenes: Las mejores imágenes del Alavés - Real Sociedad en Mendizorroza Paulino Oribe

El gol de Pacheco fue un duro golpe para el Alavés, pero la grada siguió animando con la misma energía hasta el final. Algo peor sentaron algunas decisiones arbitrales y las pérdidas de tiempo de los txuri-urdin, que sacaron de quicio a los aficionados y fueron recibidas con pitos. Al final, no se pudo celebrar el triunfo con puntos, pero el equipo dejó el césped escuchando el último “El Glorioso nunca se rinde”.