No pudo ser. El Deportivo Alavés ofreció una actuación notable en Montjuic y mereció mucho más durante la primera mitad, pero la lógica terminó imponiéndose en favor de un Barça que, por medio de un doblete de Lewandowski, remontó el tanto inicial de Samu. Aun cayendo, los babazorros demostraron que todo aquel rival que quiera vencerle esta temporada deberá sudar mucho para conseguirlo. 

Para la visita al bastión blaugrana, Luis García Plaza optó por dar un lavado a su dibujo habitual. Los albiazules formaron con tres centrales (Abqar, Marín y Duarte) y dos carrileros (Gorosabel y Javi López) protegiendo la meta de Sivera; un doble pivote (Blanco y Guevara) con Guridi y Rioja en bandas; y un único delantero (Samu). Solo hubo, cabe mencionar, tres novedades en el once respecto al triunfo ante el Almería en Mendizorroza.

Pese a la teórica diferencia de nivel, el Alavés saltó al césped blaugrana sin ningún tipo de complejo, y el fútbol le recompensó su valentía muy pronto. A los 17 segundos, Samu culminó dentro del área una bonita triangulación con Javi López, autor del centro lateral, y Guridi, quien había recuperado el saque inicial de los locales. Así, con muchos aficionados buscando todavía su asiento, los babazorros inclinaron la balanza a su favor (0-1). 

Ahí, eso sí, no acabó ni mucho menos el despliegue ofensivo del Glorioso. Hubo un paso atrás, como era de esperar, pero los gasteiztarras no renunciaron en ningún momento a salir al contragolpe, y eso les permitió  generar no una ni dos, sino tres ocasiones muy claras de gol. En todas ellas, además, el protagonista fue el mismo: Samu, cuya velocidad al espacio y superioridad en las disputas supuso un auténtico quebradero de cabeza para Koundé. 

Dos de esas tres oportunidades fueron mano a mano con Ter Stegen, marchándose el primero desviado, asistido por Duarte, y el segundo al travesaño, después de un error del mencionado central francés. Antes, el delantero melillense lo había intentado en un centro raso de Gorosabel, similar al de Javi López en el primer y único tanto de la primera mitad. Una pena que su esfuerzo, titánico cuando menos, no encontró el premio merecido.

Aparte de Samu, también merece la pena destacar, en relación con lo ocurrido antes del intermedio, la clase magistral que ofreció Guridi en la medular, siendo el eje en casi todas las acciones ofensivas del Alavés, y la gran labor de la retaguardia. Aunque el Barça merodeó constantemente el área albiazul, la realidad es que apenas generó peligro sobre la meta de Sivera, quien, por cierto, se mostró muy seguro en los remates que buscaron su portería. 

El único error de los pupilos de Luis García fue dejar con vida al Barça, y lo pagaron al comienzo de la segunda parte. Los blaugranas metieron otro ritmo al partido desde el inicio y, tras un par de avisos, Lewandowski puso las tablas por medio de un testarazo cruzado (1-1), asistido por Koundé. No tuvo apenas balón el Alavés en los primeros compases y eso le perjudicó sobremanera, pues fue sometido mucho más de lo deseado.

Para intentar cambiar el guión, en busca de alguna salida interesante, el técnico babazorro introdujo a Abde (Rioja) y este dispuso de una ocasión, pero poco más. Los culés siguieron dominando y, en un envío en profundidad, Ferran fue derribado por Abqar, demasiado acelerado, dentro del área. Una pena máxima muy clara que transformó sin apuros Lewandowski, marcando su doblete y colocando el 2-1 en el electrónico. 

Ya en la recta final de la contienda, el Alavés no bajó los brazos y el resto de cambios -Kike (Samu), Hagi (Guridi), Mendes (Blanco) y Tenaglia (Gorosabel)- permitió un desenlace abierto, si bien falto de ocasiones. Lo más reseñable fue un cabezazo, que se marchó por encima de la portería, de Kike y una jugada polémica, en la última acción del choque, que fue anulada por fuera de juego cuando Oriol Romeu había tocado el balón con la mano.