Obligados a no perdonar
El Alavés, que no depende de sí mismo para terminar entre los dos primeros, tiene que ganar los tres próximos compromisos y, después, esperar resultados favorables
Después del amargo empate logrado ante el Granada, al Glorioso le esperan tres finales para estar más cerca de alcanzar el objetivo del ascenso. Ahora bien, la tesitura para los de Luis García ha dado un vuelco radical respecto a las últimas semanas puesto que el conjunto albiazul ya no depende de sí mismo para certificar el pase a Primera. Las numerosas oportunidades desperdiciadas, especialmente lejos de Mendizorroza, han sido el principal escollo para un equipo que, eso sí, poco ha fallado como local.
Tras el punto sumado ante el conjunto nazarí, el Alavés ya no tiene margen de error si quiere mantener vivas sus expectativas clasificatorias. Primero tendrán que intentar sumar nueve puntos en las próximas tres jornadas y posteriormente esperar, calculadora en mano, a que sus rivales directos fallen en alguno de sus compromisos. No en vano, el calendario del equipo vitoriano es el más exigente ya que se medirá al Albacete, al Málaga y Las Palmas. Dos visitas a equipos inmersos en la lucha por el ascenso y, entre medias, un último baile en casa ante el cuadro boquerón, que podría llegar a Mendizorroza sin posibilidades de mantener la categoría o, por contra, con una mínima opción de prolongar su periplo en Segunda.
Tropiezo ante la misma piedra
En cualquier caso, la realidad es que el Alavés se ha complicado sobremanera su agónico final de liga. El duelo ante el Granada, marcado en rojo en el calendario de la parroquia albiazul como una auténtica final para dejar en la estacada a un candidato al ascenso, se saldó con un insuficiente empate para los vitorianos. Un punto que el Glorioso tuvo que trabajar a destajo para poder remontar parcialmente el resultado, pero que resultó poco más que una migaja de pan, ya que se rozó con la yema de los dedos la victoria en el desenlace de la contienda. De este modo, los de Paco López tienen ganada la partida del gol average tras la contundente victoria por 3-1 de la primera vuelta y el empate a uno del pasado viernes. Un factor que puede decantar la balanza en favor de los andaluces en caso de empate a puntos en la última jornada.
Una situación similar es la que tiene el Levante. Los de Calleja salieron airosos de sus dos compromisos ante el Alavés tras derrotar a los vitorianos por 0-2 en el estadio del Paseo de Cervantes y otro 2-0 en el Ciutat de Valencia. El saldo ante los rivales directos tampoco es favorable para los de Luis García, que en los ocho duelos ante equipos situados entre los seis primeros tan solo han logrado un triunfo ante el Eibar.
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Pinchazos inesperados
Es evidente, también, que la versión de visitante del equipo de Luis García ha estado lejos de la voracidad exhibida en Mendizorroza. De hecho, de los 66 puntos sumados a lo largo del curso, tan solo 23 han sido lejos de Vitoria. En el recuerdo albiazul quedan los pinchazos ante el Villarreal B, Ponferradina e Ibiza, equipos contra los que el Alavés dejó varios puntos por el camino y que ocupan, en la actualidad, la zona baja de la clasificación. El duelo ante el Lugo disputado en el feudo babazorro también fue un jarro de agua fría ya que el Glorioso no fue capaz de ver portería ante el colista de Segunda.
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El juego de cifras que maneja el Alavés de cara a las últimas tres jornadas es más bien sencillo de comprender. Se trata de lograr los nueve puntos restantes y esperar el pinchazo del resto de rivales directos. Una racha de tres triunfos seguidos que los gasteiztarras ya lograron en el pasado mes de enero. Todo un desafío de extrema complejidad, eso sí, pero un clavo al que el Glorioso se aferra para cumplir el sueño de toda una ciudad volcada con el equipo.
Las últimas jornadas del calendario, que son precisamente ante rivales con objetivos clasificatorios aún en liza, tiñen de épica el final de curso para los de Luis García, que dejaron pasar una oportunidad de oro en el enfrentamiento ante el Granada. Más aún teniendo en cuenta que, de los tres partidos restantes, dos se disputarán lejos de Mendizorroza, lo que ha sido el eslabón más débil para los babazorros durante su regreso a la categoría de plata.