El partido de este viernes frente al Granada no es como otro cualquiera. El Deportivo Alavés necesita ganar si quiere mantener intactas sus opciones de ascenso directo y, para llegar a esa meta, va a contar con el inestimable aliento de su afición. Algo que ya se daba por hecho, pues la hinchada babazorra ha demostrado en multitud de ocasiones que nunca va a abandonar a su equipo, pero que, desde ayer, puede afirmarse con más seguridad si cabe.

Se consiga llenar el estadio o no, es evidente que Mendizorroza registrará durante la final ante los nazaríes una de sus mejores entradas de la temporada –y también de los últimos años–. Esto se debe a la promoción que el club gasteiztarra, asemejando el movimiento del Levante la semana pasada, ha lanzado para que sus abonados puedan adquirir, hasta fin de existencias, una o dos entradas a un módico precio de cinco euros.

Si, gracias a esta iniciativa, la entidad albiazul logra su objetivo, se colgará por segunda vez esta campaña el cartel de “no hay billetes”. La ocasión anterior que el bastión del Paseo de Cervantes empleó todo su aforo disponible fue, concretamente, el 7 de enero, cuando, con la colaboración de la numerosa afición burgalesa, se vivió una gran jornada de fútbol que, además, dejó buen sabor de boca en lo deportivo (1-0, Abde Rebbach).

Ahora bien, pese a que el feudo babazorro solo se ha llenado una vez durante la presente temporada, lo cierto es que sus datos de asistencia han sido muy positivos hasta ahora. Con sus 13.471 espectadores de media, Mendizorroza es el octavo estadio de Segunda División que más aficionados ha acogido de manera regular durante el curso. Solo Las Palmas, Málaga, Zaragoza, Sporting, Granada, Oviedo y Levante mejoran dicha cifra.

Además, la noticia de la oferta para los abonados ha sido muy bien recibida por la hinchada alavesista que concurre por las redes sociales, seguramente porque no la esperaban. Si bien es cierto que generar un ambientazo no es seguro de nada, pues sobre el césped son decisivos otros muchos factores, la afición echaba de menos una fiesta de este estilo; sobre todo, después de lo acontecido el curso pasado, en el que no hubo alegrías.