El Deportivo Alavés ha dado un paso al frente en el último mes de competición y se ha convertido, por méritos propios, en la principal amenaza para los rivales directos en la lucha por el ascenso. Tras una segunda vuelta de curso sobresaliente y con errores contados, a los de Luis García tan solo les quedan cinco finales para certificar su billete a la máxima categoría. Esta dulce situación que atraviesa en la actualidad la escuadra babazorra viene precedida por el hambre que transmite el vestuario y, desde luego, por el gran nivel mostrado por los jugadores de la vieja escuela como Rubén Duarte.

El defensa almeriense es un futbolista capital en la disciplina del Paseo de Cervantes. De hecho, el papel de Duarte ha sido determinante durante toda la temporada al ser uno de los pocos futbolistas que continuó luciendo la elástica albiazul pese al descenso de categoría. A excepción de varios compromisos del inicio del curso, la presencia del andaluz en los esquemas de Luis García ha estado garantizada al completo.

Y eso que las circunstancias médicas han obligado a Duarte a reinventarse en el eje de la zaga. En las últimas dos jornadas, la pareja de centrales ha estado presidida por las dos piezas con más arraigo en el Alavés, que no son otros que Laguardia y el propio Duarte. Esta dupla, además, ha completado actuaciones de un gran nivel defensivo donde apenas han concedido ocasiones al rival. Y es que en la encarnizada lucha por el ascenso directo, mantener la portería a cero o conceder lo mínimo es tan importante como ser eficaz en el último tercio.

Y no solo el buen rigor defensivo ha quedado de manifiesto tras la reconversión de Duarte, su presencia como central ha brindado la titularidad a Javi López, quien no ha dejado escapar esta oportunidad para llamar a la puerta del técnico babazorro. No en vano, su capacidad para sumarse al ataque y la potencia física del canario han sido de gran utilidad en los recientes compromisos ligueros, donde el Alavés ha cargado el área rival en busca del ansiado gol.

Líder en silencio

En lo que corresponde a Duarte, no hay duda de que el almeriense está siendo uno de los protagonistas de la notable temporada que está firmando el Glorioso. Alejado de los focos mediáticos y, quizá, sin recibir todo el reconocimiento que merece al ser una pieza del entramado defensivo, el zaguero andaluz está completando una de sus mejores campañas a nivel personal.

De hecho, el capitán babazorro ha alcanzado los 191 partidos con la elástica albiazul y está muy cerca de llegar a los 200, una cifra que pocos futbolistas han alcanzado en Mendizorroza. Además, Duarte es el tercer jugador con más minutos disputados durante este curso en la escuadra del Paseo de Cervantes. Lógicamente, el primero en el ranking es el guardameta Sivera con 3.330’, al que le siguen Rioja con 2.971’ y el defensa albiazul con otros 2.766’.

Los datos no engañan. En un Alavés donde todos los futbolistas aportan su granito de arena en materia ofensiva, Duarte es el máximo asistente del equipo con seis pases de gol. El zaguero ha superado su récord personal, que era de cinco asistencias, y ha demostrado que también puede sumarse al ataque con gran facilidad. La versión que se está viendo del almeriense es de gran valentía en campo rival y solvente en tareas defensivas.

No hay duda de que Duarte está certificando uno de sus mejores cursos a nivel personal. Al igual que el resto de futbolistas que se mantuvieron en el Alavés tras el descenso de categoría, el defensor andaluz tiene señalado el ascenso a Primera como un objetivo primordial. Y nada más lejos de la realidad, el Glorioso tiene en su mano la posibilidad de ser un equipo de Primera tras firmar una excelente racha de resultados, pero también de juego en las últimas semanas de competición.