Jony Rodríguez forma parte, sin lugar a dudas, del grupo de futbolistas que mejor recuerdo han dejado en Mendizorroza durante la etapa más reciente del Deportivo Alavés en la élite. A las órdenes de Abelardo, el de Cangas de Narcea fue uno de los atacantes más determinantes de toda LaLiga y esto, sumado a la valía de sus demás compañeros, permitió a la afición albiazul soñar de nuevo, aunque sin éxito, con una clasificación europea.

Pues bien, la razón por la que merece la pena recordar lo ocurrido en la temporada 2018-19 es que este domingo, en su visita a El Molinón, el Glorioso va a reencontrarse con Jony, aunque su momento de forma actual poco o nada tiene que ver con el que en su día pudo verse en el Paseo de Cervantes. Aquí, en Vitoria-Gasteiz, permaneció solo una campaña en calidad de cedido por el Málaga, obligado a dejarle salir tras el descenso de categoría.

A lo largo del presente ejercicio, el extremo asturiano apenas ha podido jugar 509 minutos en Liga debido a distintos problemas físicos –tanto con Abelardo, destituido en enero, como bajo la dirección de Miguel Ángel Ramírez– y, en la actualidad, acumula tres partidos (Las Palmas, Granada e Ibiza) sin entrar en la convocatoria. Además, en su última participación con el Sporting, ante el Burgos, solo pudo jugar un minuto más el añadido.

Esta tendencia de juego a la baja, sin embargo, no es cuestión de la presente campaña. El pasado curso (2021-22), tras no aparecer con el Lazio durante la primera vuelta, Jony llegó cedido a la escuadra rojiblanca en enero y, después de varias actuaciones positivas, una lesión muscular le obligó a apartarse en los dos últimos meses de competición. Algo que, eso sí, no impidió al club gijonés volver a pedir su préstamo al conjunto romano. 

Ni siquiera en Osasuna, con quien jugó en Primera durante la temporada 2020-21, dispuso de la continuidad necesaria. Mientras que dos años antes, en el Alavés, disputó 2.977 minutos en Liga, lo que le permitió marcar cuatro goles y repartir once asistencias, como rojilo únicamente dispuso de 863. ¿Habría cambiado la historia si el jeque del Málaga no hubiera echado atrás el acuerdo que cerró con la entidad albiazul por su traspaso? Esa es la cuestión.