Natxo González no está pasando por su mejor momento en los banquillos. Apenas tres meses después de cerrar su incorporación, la UD Logroñés anunció ayer que el técnico gasteiztarra, capitán del último regreso del Alavés a Segunda, no continuará al frente del equipo como consecuencia de los malos resultados. A falta de 13 jornadas para el final del curso, los riojanos ocupan la antepenúltima plaza del grupo 2 de la Primera RFEF.

Una decisión esperada en Las Gaunas, pero que no por ello es menos dura para un Natxo que, al igual que la temporada pasada en el Málaga, no ha sido capaz de reconducir la situación de un equipo ya formado y en evidente caída libre. Algo que, como es lógico, es uno de los retos más complicados para cualquier entrenador y que, desde esta misma mañana, va a intentar conseguir otro viejo conocido de Mendizorroza: Sergio Rodríguez.

Asimismo, es digno de mención que, junto al técnico vitoriano, también ha abandonado la entidad logroñesa Jaume Delgado. Pupilo del propio Natxo en el Alavés y, con el paso de los años, su fiel compañero de banquillo. El catalán, cabe recordar, tuvo que colgar las botas en 2015, cuando, aún en las filas del Reus Deportiu, se le detectó una anomalía cardíaca que le impidió continuar como profesional. 

Así las cosas, ahora Natxo González deberá esperar una nueva oportunidad, aunque, después de dos malas experiencias consecutivas, puede que haya que esperar un poco más para volver a verle en activo. Sobre todo, teniendo en cuenta que al exalbiazul siempre le ha ido mejor cuando ha cogido proyectos desde el principio, con su respectiva pretemporada, y no a mitad de campaña, como han sido los del Logroñés y el Málaga. 

Esto último se pudo ver en el Alavés, donde formó un equipo campeón de Segunda B con futbolistas como Manu García, Jagoba Beobide, Guzmán Casaseca o Borja Viguera, y también en sus experiencias al frente del Reus, al que ascendió a Segunda por primera vez en su historia, y el Real Zaragoza. Allí, en La Romareda, estuvo muy cerca de devolver a la escuadra maña a la élite, pero, tras acabar terceros en Liga, cayeron en los play offs.

A partir de ese momento, su trayectoria ha sido, cuando menos, peculiar. Al año siguiente, fue destituido del Deportivo de La Coruña aún estando en puestos de promoción y, posteriormente, inició su periplo internacional. Primero en las filas del Tondela portugués, con el que no tuvo demasiada fortuna, y después al frente del Club Bolívar de La Paz, a más de 9.000 kilómetros de distancia de Vitoria-Gasteiz.

Natxo González, junto a Juanma Delgado, al término del partido frente al Real Jaén que supuso el ascenso a Segunda. Alex Larretxi