La Copa del Rey no es la competición más importante para el Deportivo Alavés, pero esto no es excusa para rendirse antes de tiempo. Vivo, y con mucha ilusión, los babazorros se han plantado en los octavos de final gracias a que este miércoles, en Mendizorroza, superaron al Real Valladolid, de Primera División, mediante una actuación muy seria y un tanto de Mamadou Sylla en los primeros compases del partido, cuando los visitantes se quedaron con un futbolista menos como consecuencia de la expulsión del exalbiazul Zou Feddal.

Pese al entusiasmo por el torneo del KO que había evidenciado dos días antes, el técnico madrileño, con la visita del Burgos en mente, optó por dejar en el banquillo a la mayoría de sus titulares. Salvo por Sedlar, quien formó en el centro de la zaga, el Glorioso se presentó ante los vallisoletanos con su segunda unidad, la cual, igualmente motivada, estuvo formada por Owono, Arroyo, Laguardia, Javi López, Balboa, Moya, Rober, Jason, Abde y Sylla. Por otro lado, Duarte, sancionado, y Miguel se quedaron fuera de la lista.

Lo anterior, eso sí, no evitó que la contienda se le pusiera muy a favor al Alavés casi desde el comienzo. A los cinco minutos de juego, concretamente, el colegiado Ortiz Arias expulsó a Feddal por un gesto desacertado y, con un hombre más sobre el césped, los locales no desaprovecharon la oportunidad de mirar a la meta rival. Sobre todo, después de que Sylla, atento a los rechaces cerca de la frontal, abriese la lata por medio de un potente, y ajustado al palo, remate raso al que no pudo llegar Sergio Asenjo.

Al verse por debajo en el marcador, el Valladolid de Pacheta trató de imponer su vitola de favorito y dominó la posesión de la pelota, pero las ocasiones, al menos en los minutos posteriores al gol, las siguió generando el Alavés. La más clara de todas ellas, por desgracia, la tuvo Arroyo, quien, aunque se plantó dentro del área con mucha potencia, acusó su inexperiencia de cara a portería, pues, sin oposición alguna de la zaga blanquivioleta –bastante endeble en términos generales–, no pudo dirigir su disparo a portería. 

A partir de ese momento, el conjunto gasteiztarra perdió protagonismo, aunque no le importó demasiado. Salvo por un acercamiento de Gonzalo Plata, que remató desviado un pase atrás de Rosa tras un error del propio Arroyo, los pupilos de Luis García no vieron peligrar su ventaja durante el resto de la primera mitad. Algo en lo que, sin ningún tipo de duda, influyó sobremanera la entrada al césped del central Torres en lugar del delantero Narváez para tapar así el hueco que había dejado el expulsado Feddal.

Ya en la segunda parte, el entrenador babazorro introdujo a Tenaglia y Salva Sevilla en sustitución de Arroyo y Balboa, ambos amonestados, y la imagen del Glorioso mejoró mucho. No en términos de posesión, eso es cierto, pero sí en ímpetu por buscar la sentencia, porque los gasteiztarras buscaron con más frecuencia salir al contragolpe. Mediante esa vía, se generaron, y perdonaron, hasta cuatro buenas ocasiones que, con más efectividad, hubieran facilitado la fase final del encuentro.

La primera de ellas la tuvo el canterano Abde, cuya definición, asistida por Rober, en el mano a mano con Asenjo fue demasiado tímida; la segunda fue para el propio mediapunta emeritense, quien remató al muñeco un buen centro de Javi López, muy activo ofensivamente tras el paso por los vestuarios; y las dos siguientes las desaprovechó Sylla, al que le faltó el acierto que había demostrado en el primer y único gol de la noche. Y esto, cabe mencionar, sin ceder espacio a los visitantes, obligados a mover su banquillo.

Ahora bien, al no haber podido ampliar su ventaja, los minutos finales manifestaron los nervios en Mendizorroza. El Alavés se vio obligado a resistir los últimos aleteos del Valladolid, más pasional que efectivo, y el mayor escollo fue Kenedy, dispuesto a encarar a su par desde que saltó al terreno de juego. Afortunadamente, ningún blanquivioleta fue capaz de llevar la contienda a la prórroga, en parte porque los babazorros recuperaron el rigor defensivo que tantos puntos les había hecho ganar en la categoría de plata.