Víctor Laguardia, una de las leyendas recientes en la historia del Deportivo Alavés, quiere ser parte del regreso albiazul a la máxima categoría. El central maño, quien, hasta el fin de su contrato el pasado mes de junio, acumulaba ocho temporadas en Mendizorroza, ha renovado esta tarde su compromiso con el club gasteiztarra hasta 2024. Algo que, con el paso de las semanas, parecía cada vez más complicado, pues ver al aragonés libre era casi utópico, pero que ha terminado haciéndose realidad un mes después del cierre de mercado. 

De esta manera, Luis García Plaza, cuyas declaraciones sobre que el caso del káiser babazorro no estaba cerrado permitieron a la afición mantener la esperanza, obtiene no solo una alternativa más para el centro de su zaga, la cual, hasta ahora, contaba únicamente con Aleksandar Sedlar, Nikola Maras y Abdel Abqar, sino también recupera a un líder que conoce a la perfección al club vitoriano y que será, sin lugar a dudas, una de las voces relevantes de su vestuario, tanto en los momentos buenos como en los malos.

Laguardia, de 32 años, fichó por el Alavés en el verano de 2014 y se estrenó oficialmente como albiazul el 24 de agosto de ese mismo año, cuando, bajo las órdenes de Alberto López, formó parte de la expedición gasteiztarra a Butarque. Desde ese momento, el central maño comenzó a labrarse su leyenda en Mendizorroza gracias a su actitud sobre el césped, muy representativa del sentimiento de la grada, y también su valía como defensor, la cual fue fundamental para que el club viviera una de sus mejores etapas. 

Con el aragonés entre sus filas, el Glorioso consiguió ascender a Primera División de la mano de José Bordalás (2015-16); se plantó en la primera final de Copa del Rey de su historia (2016-17), en la que, desgraciadamente, Lagu no pudo participar por una grave lesión de rodilla; y se mantuvo en la élite del fútbol español durante seis campañas, batiendo así el récord establecido previamente por hombres tan importantes y reconocibles como Mané, Téllez, Karmona, Astudillo, Pablo Gómez, Javi Moreno, Iván Alonso, etcétera. 

Figuras históricas con las que, sin miedo a quedar en inferioridad, el káiser puede compararse. Y no ya por lo que representa o su buena relación con las gradas del Paseo de Cervantes, donde su nombre ha sido de los más coreados, sino debido a su excelso rendimiento. Ese que le permitió convertirse en irremplazable en la retaguardia babazorra y que, durante bastante tiempo, mereció ser premiado con una convocatoria internacional que, de manera inexplicable, no terminó llegando. 

REALIDAD EXIGENTE

Ahora bien, pese a que la renovación de Laguardia suponga una gran noticia para el Alavés, la realidad es que al maño no le va a ser tarea sencilla hacerse con un sitio en el once de Luis García. Tanto por su condición física, que en ningún caso, aunque haya entrenado por su cuenta en los últimos meses, va a estar a la altura del ritmo de la plantilla, como si se tiene en cuenta el gran nivel que han ofrecido hasta ahora jugadores como Abqar o Sedlar, sin olvidar que la última actuación de Maras también fue positiva.