Con su regreso a Segunda División, el Deportivo Alavés va a volver a verse las caras con varios de sus rivales más míticos. Unos equipos –como el Real Zaragoza, el Eibar, el Real Oviedo, el Sporting, el Racing, etcétera– que siempre le han puesto las cosas muy difíciles al conjunto babazorro y que, en los duelos lejos de Mendizorroza, han provocado el desplazamiento en masa de la afición gasteiztarra, la cual, aunque decepcionada por el descenso, podrá disfrutar este curso de grandes jornadas de fútbol lejos de Vitoria-Gasteiz.

Sin embargo, la oportunidad de visitar de nuevo estadios como La Romareda, Ipurua, el Carlos Tartiere, El Molinón o El Sardinero no va a ser la única novedad de la temporada 2022-23. Mucho tiempo después, el Glorioso va a verse las caras no con una, sino dos escuadras a las que no se ha enfrentado nunca en su historia, lo cual es bastante peculiar para un club que, como el albiazul, ya ha cumplido más de 100 años y, además, conoce a la perfección todas y cada unas de las categorías a nivel estatal de este deporte.

Pues bien, esos dos equipos son la UD Ibiza y el Villarreal B, a quienes, tras el sorteo celebrado este jueves en la sede de la RFEF, el Alavés ya sabe cuándo se va a enfrentar. El primero de los cuatro duelos será muy pronto, en la tercera jornada, y se vivirá en Can Misses, hogar del cuadro balear. Luego, en noviembre, el filial amarillo visitará Mendizorroza (j. 17) y, en febrero, los celestes –ya en la segunda vuelta– harán lo mismo (j. 28). Por último, los babazorros jugarán en la ciudad deportiva groguet en marzo (j. 30).

Respecto al perfil de cada uno, lo cierto es que el más llamativo es el del Ibiza, pues se trata de un club que, con apenas siete años de vida, ha logrado llegar al fútbol profesional y mantenerse en él. Algo posible gracias a la figura de Amadeo Salvo, expresidente del Valencia, y sus hermanos, que fundaron la entidad en 2015 después de pagar 60.000 euros a la Federación Balear de Fútbol para solventar así la deuda de la extinta Unión Deportiva Ibiza-Eivissa y poder usar su nombre. 

Una capacidad de inversión que, cabe mencionar, volvió a ser protagonista dos años más tarde, cuando compraron una plaza en Segunda B tras caer eliminados en los play off de ascenso a la categoría de bronce. Posteriormente, pudieron promocionar a LaLiga SmartBank en la campaña de transición hacia el nuevo formato de ligar (2020-21) y, en su primer curso en la división de plata, han terminado en decimoquinta posición gracias, en gran parte, al importante gasto en una plantilla que ahora va a dirigir Javier Baraja. 

El Villarreal B, por su parte, es uno de los cuatro equipos (Andorra, Racing y Albacete) recién ascendidos desde Primera RFEF, pero no es la primera vez que pisa este escalón. Pese a que nació oficialmente en 1999, el filial amarillo estuvo otras tres temporadas (2009-2012) en Segunda y ha vuelto para quedarse, pues, al igual que las demás canteras que suelen llegar a este nivel, cuenta entre sus filas con auténticas promesas que si bien pueden ser irregulares, también tienen la capacidad de sorprender a cualquier rival.