El Alavés confiaba en que la llegada de José Luis Mendilibar alterara la mala dinámica de juego y resultados del equipo desde el inicio de la temporada, pero el técnico vizcaíno no está ejerciendo como el revulsivo esperado en las oficinas de Mendizorroza.

De hecho, tan solo ha sido capaz de sumar dos puntos de 15 posibles pese a que dispone de más recursos de los que tenía Javi Calleja antes de su destitución a finales del año pasado tras los cuatro fichajes del mercado estival: Jason, Escalante, Tenaglia y Vallejo.

De momento, no se nota su mano en un equipo que se abisma peligrosamente partido tras partido al abismo de la Segunda División con una alarmante falta de personalidad y una incapacidad desesperante en todas las facetas.

Tras los empates ante la Real Sociedad y el Athletic que invitaban a la esperanza, el rendimiento albiazul ha vuelto a descender en picado. Las tres derrotas consecutivas frente al Betis, Barcelona y Elche suponen una puñalada para la autoestima de un Alavés que se queda a seis puntos de la salvación tras la victoria del Mallorca ante el Cádiz y a corto plazo tiene un calendario muy difícil con los enfrentamientos ante Valencia, Real Madrid y Getafe.

Lo peor de todo es que Mendilibar no está dando con la tecla con las alineaciones ni tampoco ayudan sus decisiones dentro del propio partido para dotar de mayor mordiente al Alavés. Además, la debilidad defensiva es alarmante y la falta de gol se mantiene como un lastre con únicamente dos goles bajo su batuta, ambos de Joselu y uno de ellos de penalti.