- La llegada de Eduardo Coudet al Celta de Vigo el pasado mes de noviembre supuso un cambio importante en los planes del conjunto celeste. El técnico bonaerense reactivó a base de trabajo y alegría en su fútbol a un equipo sumido en una profunda depresión que, pese a contar con una de las plantillas más talentosas de la categoría, no lograba despegarse de la lucha por la permanencia que llevaba persiguiéndolo varias temporadas y que, si no se había consumado, había sido en gran parte por la espectacular labor de Iago Aspas.

En la actualidad, varios meses después del aterrizaje del entrenador argentino en Vigo, el Celta no tiene prácticamente opciones de alcanzar una plaza europea en la presente temporada, que era una de sus aspiraciones, pero tampoco las tiene de descender a Segunda División. Para llegar a este punto de tranquilidad tan poco habitual en etapas anteriores, Coudet ha tenido que recuperar a jugadores con vitola importante como, por ejemplo, Santi Mina.

El delantero vigués, formado en los campos de A Madroa, debutó como celeste en la máxima categoría con solo 17 años (2012-13). Posteriormente, Luis Enrique le dio más importancia en sus esquemas y logró que se convirtiera, el día que se estrenó el nuevo San Mamés, en el futbolista más joven del club en marcar en Primera División. La llegada de Berizzo al banquillo celtiña (2014-15) no modificó su rol en el equipo y su recta final de campaña llamó la atención de varios clubes de mayor talla como el Valencia, que acabó pagando su cláusula de rescisión de diez millones de euros.

El paso de Santi Mina por el conjunto ché tuvo más oscuros que claros. Pese a lograr registros más que decentes como, por ejemplo, el de la temporada 2017-18, cuando marcó 12 goles, lo cierto es que nunca llegó a encajar en las filas de la escuadra valenciana para la que jugó cuatro temporadas.

Su vuelta a Vigo tampoco fue la deseada y tuvo que vivir la estresante situación de pelear por la permanencia con un equipo con aspiraciones mucho más altas, pero con el técnico argentino al frente del equipo Mina está recuperando su mejor nivel, ese que le llevó a ser una de las promesas de LaLiga.

Buena muestra de esto último son los cinco goles -siete en toda la temporada- que ha marcado en los últimos siete partidos. Su aportación ofensiva ha sido la causante de que la mala racha de Aspas, aún máximo anotador con nueve dianas, haya pasado desapercibida y de que el Celta haya sacado varios partidos complicados adelante para poder navegar ahora en aguas tranquilas. Si logra marcar cinco más antes de que finalice la temporada, el delantero vigués igualará su máxima cifra de anotación en Primera.