Como todos los equipos profesionales de fútbol, el Deportivo Alavés está sometido a los estrictos protocolos implantados por el Consejo Superior de Deportes y LaLiga para prevenir al máximo la posible aparición y expansión del coronavirus en las escuadras de Primera y Segunda División. Como consecuencia de estas normas, al detectarse el positivo -en los test de antígenos- de Manu García, el jugador quedó automáticamente confinado en su domicilio y el equipo debió suspender el entrenamiento que tenía previsto desarrollar en Ibaia.
Además, a lo largo del día, todos los integrantes de la 'burbuja' albiazul se sometieron a pruebas PCR. Únicamente en el caso de que estos test ofrezcan resultados negativos el equipo podrá retomar el martes su trabajo con normalidad. En el caso de que se detectase algún otro positivo, el mismo proceso debería repetirse de nuevo.
De esta manera, la entidad de Mendizorroza vive momentos de tensa espera aguardando a que se desvelen las incógnitas de sus exámenes médicos. Y es que teniendo en cuenta que el encuentro de la undécima jornada frente al Real Madrid tendrá lugar el sábado verse obligado a mantener sus sesiones de trabajo suspendidas reduciría exponencialmente su margen de maniobra para preparar la siempre complicada visita al vigente campeón de Liga.
Por otro lado, cabe la posibilidad -aunque bastane remota, eso sí- de que la prueba PCR no confirme el positivo arrojado por Manu García en el test de antígenos, lo que abriría la puerta a poder contar con el capitán albiazul. Si, por el contrario, se cumple el guion más factible, el gasteiztarra deberá guardar la pertinente cuarentena y superar dos pruebas PCR consecutivas antes de poder reintegrarse al trabajo con el resto de sus compañeros.