- Las matemáticas aseguran que todos los puntos tienen el mismo valor pero lo cierto es que, en el fútbol profesional, hay ocasiones en las que la cosecha llega acompañada de un buen número de intangibles que le confieren un innegable valor añadido. Y eso es precisamente lo que sucede con el octavo positivo que subió al casillero del Deportivo Alavés en la noche del pasado sábado. Estadísticamente su repercusión es idéntica a la de cualquier otro empate pero la manera en la que se conquistó y la notable actuación rubricada por todo el colectivo albiazul hacen que su peso real sea mucho mayor.
Porque tras un inicio de competición titubeante el incuestionable éxito ante el Barcelona debe suponer un esperanzador espaldarazo al proyecto comandado por Pablo Machín. El equipo inició el curso con muchas dudas y acumulando errores individuales y colectivos que le condenaron a sumar únicamente un punto de los doce primeros que se pusieron en liza. Sin embargo, poco a poco, el técnico soriano fue reconduciendo la situación y acercando el juego del Glorioso al camino deseado. La llegada de los últimos refuerzos y la mejora en el rendimiento de algunas indivudualidades fundamentales para el combinado albiazul contribuyeron a asentar la trayectoria.
Así llegaron las victorias en el derbi contra el Athletic y a domicilio sobre el Valladolid. Entre medias se coló el borrón frente al Elche en Mendizorroza pero la conquista de esos seis valiosos puntos permitió al Alavés encarar la visita del Barcelona sin angustias. El choque frente al transatlántico culé se presentaba como la prueba del algodón para un plantel que tenía mucho más que ganar que perder en el envite.
Una filosofía que sin duda se convirtió en un excelente punto de apoyo para la prueba de resistencia y confianza del pasado sábado. Un examen que el plantel de Pablo Machín superó con nota, sobreponiéndose incluso a la adversidad de tener que jugar la última media hora en inferioridad numérica.
Como consecuencia el equipo rescató un valioso empate y, por primera vez en lo que va de temporada, enlazó dos jornadas consecutivas sin perder, dando inicio a una racha positiva que ojalá pueda prolongarse a partir de ahora durante muchas semanas más. Porque al igual que los surfistas que tras mucho tiempo de espera por fin consiguen alcanzar una ola buena, El Glorioso necesita ahora exprimir al máximo este momento positivo y traducirlo en puntos que le permitan afrontar el futuro con un margen de tranquilidad. La primera oportunidad llegará el próximo domingo con la visita a un rival directo por la permanencia como el Levante ante el que la victoria también valdrá más de tres puntos.
A la espera del Valladolid. El punto cosechado el sábado ante el Barcelona le permite al Alavés mantenerse en una zona templada de la clasificación. Y es que gracias a los ocho que ahora mismo tiene en su casillero disfruta de una renta de tres sobre los puestos de descenso aunque, eso sí, hay todavía bastantes equipos con varios encuentros pendientes. Entre ellos el Valladolid, actual farolillo rojo con únicamente tres puntos en su haber, que se mide esta noche al Villarreal. Si el conjunto pucelano obtiene su primera victoria del ejercicio recortaría la renta gasteiztarra sobre las posiciones marcadas en rojo en la clasificación a únicamente dos puntos.