- Resulta imposible certificarlo empíricamente pero una de las leyes no escritas del fútbol asegura que una buena parte de los puntos que consiguen todos los equipos hay que apuntarlos en el haber de su afición. Y es que el apoyo que reciben los jugadores desde la grada supone, en muchos casos, el impulso imprescindible para sobreponerse a las adversidades que plantea el adversario de turno y acabar la contienda con una sonrisa. Es una de las esencias del deporte rey pero, desgraciadamente, esté desterrada por obligación desde el pasado mes de marzo.

La inesperada irrupción del coronavirus provocó que el acceso a los estadios se cerrase para los aficionados atendiendo a los criterios de seguridad sanitaria y, como era previsible, ello ha derivado en consecuencias impensables hasta hace apenas unos meses. Evidentemente, las derivadas de la clausura no han sido iguales en todos los escenarios, acusándolas más aquellos equipos en los que sus seguidores jugaban un papel más importante.

Un grupo en el que, claro está, aparece el Deportivo Alavés. Mendizorroza se ha ganado a pulso en los últimos años el reconocimiento como uno de los estadios que más empuja a su equipo y, en consecuencia, en los que más sufren los visitantes. Pero, desde la pasada primavera, el coliseo albiazul vive en un triste silencio que se está cobrando un elevado precio.

Los números no engañan y muestran claramente el cambio de tendencia experimentado por El Glorioso como local. De ser uno de los conjuntos más fuertes de la categoría en su feudo ha pasado a padecer una preocupante sangría de puntos.

De esta manera en los nueve encuentros de Liga que ha disputado como local desde que el covid-19 vació Mendizorroza solamente ha podido sumar dos victorias y otros tantos empates mientras que, por el contrario, ha encajado cinco derrotas. El reparto de estos resultados es bastante equilibrado entre el epílogo del pasado ejercicio y el arranque del actual. Incluso en la identidad de las víctimas albiazules. Porque el único triunfo del pasado ejercicio fue en el derbi con la Real Sociedad y en el actual llegó en la visita del Athletic.

Teniendo en cuenta que la evolución de la pandemia no invita a ser demasiado optimista respecto a un hipotético regreso de los aficionados a las gradas, el Alavés necesita encontrar cuanto antes la fórmula que le permita recolectar que antes le conseguía su afición si no desea sufrir más de lo recomendable.