Vitoria - El primer partido de cada nueva temporada siempre les llega demasiado pronto a los entrenadores y a los equipos. Es indiferente a quién se le pregunte, la respuesta va a ser invariable señalando a la falta de tiempo que han tenido para trabajar. Una situación que se ha recrudecido en el arranque de este curso que va tardío en sus plazos y en el que las sesiones de entrenamiento han sido bastantes menos de las acostumbradas. Si a eso se le añade un entrenador con conceptos completamente novedosos que hay que asimilar como es el caso de Pablo Machín, empezar sumando un punto se antojaba como positivo, más aún cuando la imagen no fue para nada mala. Cuando ya el empate estaba casi reflejado en el casillero albiazul, un latigazo de Tello tras un saque de esquina destrozó la ilusión alavesista, que sufrió un duro varapalo en la apertura del curso.

El verano no ha dado para mucho en incorporaciones, solo tres, y el único que se estrenó en la titularidad fue un Battaglia que supuso el único punto de ruptura con respecto a una alineación inicial que bien podía haberse planteado la pasada temporada. Eso sí, con un encaje completamente diferente dentro de la ordenación del 3-5-2 dispuesto por Machín y un ritmo vertiginoso para salir a la carrera y buscar con muchos efectivos el área bética. Desde el primer minuto, un toma y daca en toda regla que obliga a un desgaste físico tremendo, pues hay que llegar a zona de peligro y también correr hacia atrás para recuperar la posición tras pérdida.

Tras el impetuoso inicio, el Betis fue capaz de calmar el ritmo a través de la posesión y la circulación. Pases sencillos y cómodos, buscando los desequilibrios a través de la talentosa tripleta de mediapuntas y empujando al centro del campo albiazul hacia su área. Como consecuencia, que las salidas a la contra quedaban coartadas por la soledad de Lucas y Joselu, solos al no contar con la llegada de sus compañeros a la espalda al tener muchos metros que recorrer hasta el ataque.

La seriedad de una defensa muy agresiva sobre el balón permitía no sufrir en exceso -un zapatazo tremendo de Guido al larguero desde muy lejos fue la única ocasión clara verdiblanca-, una buena noticia en cuanto a la asimilación de los nuevos automatismos, pero faltaba equilibrar esa consistencia con algo de filo en el ataque, donde fallaron los pases decisivos, que de la misma manera tampoco fueron buenos en las acciones a balón parado, otro de los puntos fuertes del estilo de Machín. En global, una primera parte sin demasiados sobresaltos atrás -Edgar desbarató un duro golpeo de Canales ya en el descuento-, pero en la que El Glorioso evidenció que precisaba de un golpe de timón para ser capaz de generar ocasiones y ponerse en disposición de inquietar a un Bravo que vivió en la más absoluta tranquilidad.

Si el Alavés había sido inofensivo en todo el primer acto, en el arranque del segundo rozó el gol, que desbarató Bravo por partida doble. Primero ante un cabezazo tras córner de Battaglia y, con una reacción felina, de nuevo ante un Laguardia que no pudo marcar casi a puerta vacía pero que no remató bien. Un pisotón al acelerador para tratar de atropellar a un Betis que se veía desarbolado ante esa salida en tromba.

Aplicaron los verdiblancos de nuevo la anestesia de la posesión, obligando otra vez a los albiazules a retrasar filas y conceder acciones a balón parado. En una falta, Canales estrelló el esférico en la cruceta; de nuevo un larguero salvador para un Pacheco vencido.

Ya con Deyverson y Javi López refrescando el equipo -la escasez de fondo de armario es alarmante-, el cuadro albiazul se rearmó de nuevo y empujó a su rival para provocar su sufrimiento. Con los resortes ofensivos aún por engrasar, el balón parado fue protagonista y el temor sobrevoló los dominios de Bravo de nuevo, aunque no parece que, ya sin Lucas en el campo, Duarte sea el más indicado en cuanto a calidad de pase en la ejecución.

En los minutos finales, el equipo visitante fue más ambicioso y se fue arriba ante un Alavés dedicado a la resistencia y que concedió dos saques de esquina ya en pleno descuento. Libró el primero, pero en el segundo no estuvo atento en un saque en corto y un latigazo de Tello hizo volar un punto que ya parecía sumado al casillero. Un duro varapalo para empezar.

Battaglia

El argentino, a pesar de que no lleva mucho con el grupo, mostró su jerarquía como pivote y realizó una extraordinaria labor en la contención y el robo, con muchas ayudas.

Pons

Es el futbolista que mejor conoce el estilo de Machín tras su larga etapa en el Girona juntos, pero ayer no aportó nada positivo y un despiste suyo facilitó el gol de Tello.

0

1

Estadio Mendizorroza.

Árbitro González Fuertes (asturiano).

Alavés

13. Sivera; 31. Castro; 21. Martín (89'); 23. Navarro; 26. Javi López (65') ; 27. Sergi García (95'); 28. Blanco; 30. Abdallahi; 29. Borja Sainz; 10. Guidetti; 14. Deyverson (65').

Betis

1. Joel; 30. Rebollo; 2. Montoya; 12. Sidnei; 37. Geovanni; 32. Delgado; 4. Paul; 20. Lainez; 24. Ruibal (66'); 11. Tello (81'); 16. Loren.

0-1, minuto 95: Tello. Saque de esquina en corto del Betis que sorprende a la zaga albiazul y Tello saca un latigazo de zurda a la base del poste.

Amonestó a Rioja (minuto 22), Emerson (minuto 63), Javi López (minuto 69), Moreno (minuto 71), Pina (minuto 81) e Iglesias (minuto 81).

Castigo excesivo En un partido en el que a nivel ofensivo tanto Alavés y Betis se mostraron muy limitados -dos ocasiones locales claras por dos disparos lejanos al larguero de los visitantes-, un fallo defensivo, el único reseñable, en el minuto 95 con un despiste a la hora de defender un saque de esquina propició el 0-1 de Tello.

Ataque desafilado Aunque durante la pretemporada las dudas habían estado centradas en el sistema defensivo, los tres centrales funcionaron muy bien ayer y fue el ataque el que no apareció en ningún momento más allá de las jugadas de estrategia. Joselu y Lucas no se encontraron y, además, no contaron con ninguna compañía.

1 Machín El único error apreciable a nivel defensivo llegó en el minuto 95 -hasta ahí, las únicas oportunidades del Betis fueron dos disparos lejanos al larguero- y le costó al Alavés un empate que parecía ya hecho. El equipo estuvo muy bien en el trabajo de contención, pero el filo en ataque fue escaso. Los delanteros estuvieron muy solos y solo a balón parado se generó peligro claro.

El único error apreciable a nivel defensivo, ya en el minuto 95, condena a un conjunto albiazul serio atrás pero sin presencia en ataque