- Si entendemos que un refuerzo es alguien que viene a mejorar lo que ya había anteriormente, el naufragio del Deportivo Alavés en la recién finalizada campaña ha sido bastante reseñable en este sentido. Los casos en los que dicha máxima se ha cumplido han sido bien escasos, aunque quienes lo han logrado han dejado el pabellón muy alto. Por el contrario, en el lado contrario de la balanza aparecen demasiados nombres, lo que determina bien a las claras de que el trabajo en la confección de este proyecto no ha sido todo lo bueno que se esperaba. Algunos de estos jugadores que no han funcionado en su primera campaña en Vitoria tendrán la opción de resarcirse de manera casi inmediata, mientras que otros ya se han despedido de Mendizorroza.
En el capítulo de grandísimos aciertos de la dirección deportiva hay que situar de manera innegociable a Lucas Pérez y Joselu, que han sido los sostenes ofensivos del equipo prácticamente sin acompañamiento. Dos delanteros que sembraban muchas dudas cuando llegaron hace un año y que han firmado once goles por cabeza. Y, por si fuera poco, los dos gallegos son propiedad del club, por lo que su seguridad está asegurada de no mediar una venta importante.
El tercer nombre destacado es sorprendente, sobre todo teniendo en cuenta que llegó para ser suplente. Roberto Jiménez ha aprovechado la lesión de Fernando Pacheco en el tramo final para exhibir un nivel excelso que ha sido vital para atar la permanencia.
En el siguiente escalón cabe situar a aquellos que no han acabado generando ni frío ni calor. Un sí pero no en el que entran Oliver Burke, que no ha llegado a explotar a pesar de mostrar facultades físicas para ello, o un Víctor Camarasa que ha sido un querer y no poder que no ha dado el nivel de su anterior etapa. Por sus pocos minutos, su juventud y su proyección, Tachi se queda en este grupo.
El escalafón subsiguiente lo ocupan dos apuestas a medio plazo que en su primera temporada han aportado muy poco. Pere Pons no ha calado en el equipo en ningún momento y se ha mantenido durante todo el curso como suplente casi fijo, mientras que Luis Rioja no ha sido capaz de explotar y ha entrado y salido del equipo por etapas.
Un caso especial lo representa Aleix Vidal, que hasta el parón no estuvo mal, pero del que se esperaba muchísimo más por nombre y trayectoria. Todo ello rematado con salidas de tono inexplicables y un final de temporada en el que no ha hecho nada.
En la misma línea se puede hablar de Edgar Méndez, que desde enero hasta julio no ha recordado en ningún momento al jugador de su primera etapa en Vitoria, con un nivel físico por momentos muy pobre. Y eso a pesar de que tenía todas las facilidades del mundo por la nula competencia en los extremos.
Otro fichaje, en este caso veraniego, llamado a ser muy importante fue un Lisandro Magallán que ni siquiera ha sido capaz de desbancar a un irregular Rodrigo Ely de la titularidad, aunque la palma de todas las contrataciones se la lleva Ljubomir Fejsa, que llegó en enero y sus minutos han sido muy superiores al rendimiento.
Caso aparte el que representa Ismael Gutiérrez, al que ni se puede valorar porque no ha llegado a debutar. Una de esas raras operaciones del fútbol.