- El sistema implantado por LaLiga para el reparto del dinero procedente de los derechos televisivos provoca que con cada posición que se empeore o mejore en la clasificación al final del curso haya una considerable cantidad de dinero en juego. Por eso, aunque en el apartado deportivo el Alavés no se juega nada esta tarde -razón por la cual su partido contra el Barcelona se ha adelantado a las 17.00 horas-, en el económico la diferencia entre acabar más arriba o más abajo en la tabla resulta bastante significativo de cara a la siguiente campaña. En ningún caso en la zona que se mueve El Glorioso van a resultar enormes, pero sí que son significativas teniendo en cuenta que casi con total seguridad los ingresos en otros frentes se van a reducir de manera considerable en el próximo ejercicio.
Según la estimación del especialista en datos económicos deportivos Roberto Bayón, por cada puesto que se mejore en la clasificación en la zona en la que se mueve el Alavés se ganaría la próxima temporada un millón de euros. La horquilla de posibilidades para el cuadro vitoriano, que es decimoquinto en estos momentos, pasa por caer hasta la decimoséptima posición en el peor de los supuestos o alcanzar la decimotercera en el mejor de los casos. De la posibilidad de ingresar cuatro millones de euros, a la opción de duplicar dicha cantidad, ya que se va incrementando la partida en alrededor de un millón de euros por cada puesto que se avanza fuera de posiciones europeas. Una diferencia que puede no parecer importante a primera vista, pero que para una economía como la del club vitoriano supone una cantidad relevante que, por ejemplo, igualaría la previsión de ingresos en concepto de abonados de este curso.
Por esta razón, para el Alavés hay en juego esta tarde algo más que la honra. Cierto es que para mejorar depende de los resultados de Eibar y Betis que le preceden en la clasificación, pero lo primero es hacer los deberes propios ante un Barcelona al que habrá que ver si le quedan ganas de lavar la pésima imagen que viene dejando, no solo como equipo sino ya como club, desde la reanudación del campeonato.
Aprovecharse de la desmotivación del rival para realizar un último esfuerzo es el reto de un cuadro albiazul que tiene otra meta particular. Se trata de rebasar la barrera de los cuarenta puntos que los equipos que pretenden mantener la categoría se marcan al principio de cada temporada y que, salvación ya en mano, aún no se ha alcanzado. Un objetivo que se encuentra al alcance de la mano y que serviría para finiquitar una temporada de lo más extraño con un buen sabor de boca antes de que la plantilla se marcha de vacaciones.