- Desde que el viernes 13 de marzo realizasen su último entrenamiento grupal antes de que se conociesen los primeros casos positivos por coronavirus en el seno del club, los jugadores del Deportivo Alavés, afectados también por las condiciones impuestas por el estado de alarma que vive el país, viven recluidos en sus domicilios mientras esperan, como casi todo el resto de los mortales, la fecha del retorno a la normalidad. Sin la certeza todavía de que la temporada se vaya a reanudar, tal y como todos desean, o de si finalmente se va a tener que suspender ante la imposibilidad de contener el desarrollo de la enfermedad en un plazo lógico de tiempo, los futbolistas albiazules han trasladado su labor diaria en la ciudad deportiva de Ibaia a sus propios domicilios, donde varios de ellos, como en las últimas horas ha relatado Adrián Marín, se han montado un pequeño gimnasio para seguir las pautas que los especialistas en preparación física del club les han impuesto.
"Me he montado un pequeño gimnasio casero y ahí tengo bastante material. Estamos aislados y en cuarentena, pero seguimos trabajando. Me he traído una cinta, una bicicleta estática y el club me ha dejado material como fitball, gomas y pesas y ahora mismo el salón es un gimnasio", relató el domingo Adrián Marín en los micrófonos de Onda Regional de Murcia, comunidad de la que procede.
Mientras que hay clubes en lo que los jugadores tienen marcada una pauta horaria e incluso se reúnen todos al mismo tiempo para entrenar en grupo en contacto mediante diferentes herramientas de comunicación -hay quienes se ejercitan mediante videoconferencia o vía Skype-, en el Alavés cada futbolista tiene libertad para desarrollar el trabajo que les han marcado a su gusto. Eso sí, siempre controlados por los especialistas del club, tanto en preparación física, como en alimentación y también desde el punto de vista médico.
"El tema de los horarios no lo hemos tocado. Somos profesionales y podemos trabajar cuando queramos porque a cada uno le gusta más una u otra hora. Nos han marcado un plan de trabajo con un control diario y se va cambiando cada ciertos días. A veces va a enfocado a fuerza, otras a core y zona abdominal, otros de resistencia, cardio... Un poco de todo y bastante variado. Hay un control bastante exhaustivo y cercano", detalló el lateral izquierdo albiazul.
El entrenamiento consume una buena parte de la jornada de Adrián Marín, que se dedica a sus aficiones personales cuando pasa del gimnasio al sofá que solo tiene a unos centímetros de distancia de su nuevo espacio de trabajo: "Aparte del entrenamiento, que te lleva una parte del día, yo paso el tiempo leyendo, viendo series y cine, videollamadas con mi familia y amigos... Los días son muy monótonos, todo lo mismo, pero es lo que hay".
El futbolista de Torre Pacheco explicó también cómo está viviendo la situación en una ciudad como Vitoria, que tiene uno de los principales focos de coronavirus a nivel estatal, y también dentro del seno de un Alavés en el que tres de sus compañeros y siete técnicos se encuentran afectados.
"En casi todos los clubes hay casos. Hemos tenido la suerte de que el club hiciese las pruebas y tenemos los datos, pero la cuarentena la llevamos como uno más. Hay que tener mucha paciencia. La gente tiene que llevar la cuarentena de la forma más amena posible y ser responsables, haciendo caso de las medidas de precaución sobre todo por la gente que tiene más riesgo de contraer la enfermedad y que no se alarmen", concluyó.