Vitoria - La Academia del Deportivo Alavés cambió el pasado verano su dirección después de materializar el ascenso a Segunda División B después de casi 20 años. Mikel González, responsable hasta la pasada campaña de la cantera, dio el relevo a Óscar Garro procedente de Qatar. Al madrileño, con experiencia en China, Kazajistán o Colombia, la llamada le llegó mientras “preparábamos el Mundial aunque volver estaba dentro de mis intereses”, tal y como aseguró. A su llegada se encontró “un club en continuo crecimiento y con un gran número de jugadores que acuden de manera regular con sus respectivas selecciones. Eso dice mucho del nivel que tiene la Academia, no hay duda”.
El día a día de Óscar Garro en el club desde que aterrizara en Vitoria el pasado verano consiste en ir cada mañana a las instalaciones de Ibaia para, una vez allí, preparar los entrenamientos de los filiales. “Compartimos ideas con todos los técnicos y después empiezan los entrenos, a los que voy antes de pasar por la Academia para comprobar cómo están los jugadores y conocer si van a clase o se han dormido. En definitiva, mi labor es más que estar en los entrenamientos”, indicó. En la estructura del Alavés no diferencian por puestos sino que todos se denominan técnicos y todos ellos se turnan para perder el sentido de pertenencia a un jugador u otro. “Haciéndolo de este modo podemos subir de categoría a los jugadores y todos nos sentimos parte de un todo, que es el Alavés”. “El jugador -añadió- es el patrimonio más importante del club y los entrenadores pasan. No conozco a nadie que supere los seis u ocho años en un club. Los jugadores son los que importan, mientras que los entrenadores somos formadores y facilitadores de los procesos de formación de cada uno de ellos. No existe la denominación de mi equipo y si un entrenador o entrenadora lo siente de ese modo no tendrá cabida en nuestro organigrama y tendrá que irse”.
En estos momentos la Academia está formada por 125 jugadores desde alevín A hasta juvenil A y en la residencia viven alrededor de 36 jugadores. “La perspectiva de futuro nos la marcará el proceso y nosotros queremos crear el sentimiento de pertenencia al Deportivo Alavés para que cuando sean mayores. De este modo creemos que podrán llegar muchos más jugadores que en la actualidad al primer equipo”, matizó Garro.
Respecto a la Academia, aseguró que el factor diferencial es el educacional. “Cuando las familias ven que les podemos ayudar en eso es cuando se decantan por el Alavés”, aseguró. Aun así, después de ser cuestionado por si no debería de haber más jugadores de Álava en vez del Estado u otros países preguntó “¿si todos los que viven en nuestro entorno quieren jugar en el Alavés?”. “Tenemos que vivir -añadió- la situación actual desde el punto de vista de saber que el que viene de fuera nos va hacer ser mejor y no al revés, aunque intentamos potenciar el talento local”. Garro hizo hincapié en que trabajan con el objetivo de lograr “un proceso de autoconocimiento personal que les haga estar preparados para la vida y el deporte, ya que cuando educas en el error podremos llegar a más aunque puede que los resultados tarden en llegar. Queremos ayudarles a conseguirlo a nuestra manera para que el día que debuten sepan que están preparados”.
Cercanía de Asier Garitano Por otro lado, Óscar Garro destacó la cercanía de la primera plantilla al completo con todos los estamentos de la Academia y en especial alabó a Asier Garitano. “No lo conocía y puedo decir que desde el primer día tengo su puerta abierta para lo que quiera. Del mismo modo digo que viene a menudo a preguntar a mi despacho por cómo van las cosas. Su personalidad de ser así le viene por haberse labrado un camino desde abajo sin que nadie le haya regalado nada nunca”. Además, resaltó que poco a poco más jugadores se unirán a Borja Sainz para debutar en el primer equipo, así como en los entrenamientos tal y como han hecho Lupu, Javi López o Paulino “aunque el entrenador será quien decida hasta donde llegan”.
Por último, afirmó que no se marca un número de jugadores para que lleguen al primer equipo. Trabajan en crear un abanico de ellos para ofrecer al primer equipo. “Haciéndolo de ese modo ellos tendrán que decidir que hacer y en base a las necesidades algunos se quedarán, mientras que otros tendrán que marcharse logrando por ellos un beneficio económico”, concluyó el responsable de la Academia Óscar Garro.