Vitoria - Las vacaciones navideñas le han llegado al Deportivo Alavés en el momento de la temporada en el que más dudas está despertando por su pobre rendimiento. El cuadro albiazul acumula cuatro jornadas ligueras sin conocer la victoria, solo ha sumado un punto de los últimos doce posibles y, para colmo de males, es el único equipo de la máxima categoría que ha caído eliminado a las primeras de cambio en la Copa del Rey ante un rival de Tercera División. El panorama es bastante oscuro, pero si existe cierta tranquilidad en las oficinas del Paseo de Cervantes es por el colchón que todavía se mantiene con una zona de descenso que se encuentra a cinco puntos de distancia -y de momento con gol average-, además con dos equipo metidos entre medias en la clasificación (Eibar y Mallorca) entre El Glorioso y los tres últimos de la tabla (Celta, Leganés y Espanyol).

En cuanto a resultados, se trata del segundo momento crítico de la presente temporada. El primero se vivió con el serial de tres derrotas consecutivas (Sevilla, Athletic y Real Sociedad) que situaron a Asier Garitano a los pies de los caballos por la pobre imagen de un equipo que en una serie de cinco partidos solo consiguió sumar dos puntos. El preparador de Bergara, que estuvo más que en entredicho, salvó la complicada situación con la victoria frente al Mallorca, aunque en ningún momento ha llegado a encontrar una regularidad que le otorgue cierta tranquilidad.

Y es que el pésimo rendimiento del equipo a domicilio le ha impedido encadenar buenos resultados más allá de las dos victorias consecutivas que enganchó al ganar en Eibar tras haberse impuesto en casa al Valladolid. El de Ipurua ha sido el único triunfo lejos de Vitoria, por lo que cada vez que en Mendizorroza no se ha ganado se ha abierto un período de crisis de diversas magnitudes. Y en esa situación se ha cerrado el año, siendo el empate ante el Leganés el único partido en el que se ha sumado de los cuatro últimos, fallando de nuevo a domicilio en Granada y Barcelona y con ese punto escaso ante los pepineros y la derrota ante el Real Madrid en casa.

Y, siendo como es lo más importante para el club el torneo liguero, lo cierto es que la eliminación copera hace un daño a la entidad que va mucho más allá de lo deportivo. El Alavés ha sido protagonista de muchas informaciones a lo largo de la pasada semana, pero la publicidad no ha podido ser más negativa. El nombre del club ha quedado manchado tras caer en Jaén y ese borrón no se va a poder quitar ya en toda la temporada.

Resultados al margen, el Alavés ha vuelto a desmoronarse justo en el momento en el que mejor parecía estar. En ataque, su enorme dependencia de la pareja formada por Lucas Pérez y Joselu habla bien a las claras de la falta de alternativas que estén propiciando situaciones de peligro, con un fútbol de un nivel muy pobre en excesivas ocasiones; mientras que en defensa, el que debería ser el gran punto fuerte, mientras que en Mendizorroza el equipo está siendo bastante solvente, a domicilio las goleadas encajadas se han convertido en una constante que hace que puntuar sea prácticamente imposible. Así las cosas, los diecinueve puntos cosechados con un solo partido para cerrar la primera vuelta son un registro que se encuentra muy al límite de esa media de veinte puntos por giro al calendario preciso para la salvación.