El Celta de Vigo, a pesar de que su arranque liguero no ha sido el soñado, cuenta con una plantilla muy completa, con muchas opciones y jugadores de calidad contrastada como Lobotka, Rafinha, Denis Suárez, Brais Méndez, Hugo Mallo o Santi Mina. Sin embargo, la gran preocupación del Alavés mañana en Mendizorroza será el incombustible delantero gallego Iago Aspas, jugador insignia del club celeste de quien no guarda muy buenos recuerdos el Deportivo Alavés.

El papel del de Moaña fue decisivo en la caída al abismo de Segunda División B del Alavés en la temporada 2008-09. Ocurrió en la jornada 40 de aquel curso, cuando ambos conjuntos se enfrentaron en Balaídos en una situación similar, ya que tanto gasteiztarras como vigueses se jugaban mantenerse en la división de plata. Iago Aspas, con 21 años por aquel entonces, no partió como titular, pero Eusebio Sacristán apostó por él y entró en la última hora de partido con empate a cero en el marcador. El delantero revolucionó el encuentro y adelantó a los locales en el minuto 80. Juanjo empató en el minuto 88, pero Aspas se disfrazó de héroe y logró el tanto de la victoria en el último momento, gol que sirvió al Celta para conseguir la permanencia y que condenó al Glorioso a varios años de travesía por el infierno de Segunda División B.

Los caminos de Iago Aspas y el Alavés volvieron a encontrarse en el regreso de los gasteiztarras a Primera División en la campaña 2016-17, con mejores consecuencias para los alaveses. Ambos conjuntos cuajaron un buen año y llegaron a la semifinal de la Copa del Rey, en la que el Alavés consiguió vengarse y eliminó al Celta en Mendizorroza con un gol de Edgar Méndez tras el empate a cero en Balaídos. Esta vez, el Alavés no encajó ningún gol en toda la eliminatoria y Iago Aspas se estrelló una y otra vez contra la defensa albiazul y Fernando Pacheco. La entidad del Paseo de Cervantes se quitó la espina y el de Moaña terminó muy dolorido ante la incapacidad de llevar a su equipo a la final de Copa del Rey a pesar de haber eliminado al Real Madrid.

Pieza esencial La capacidad creativa del Celta queda fuera de toda duda, pero la figura de Aspas es fundamental en este equipo, ya que es el encargado de transformar los goles. Responsabilidad que es aún mayor después de la marcha de Maxi Gómez al Valencia. El irregular arranque del cuadro vigués ha coincidido con la sequía goleadora del delantero, que dejó su contador a cero en las siete primeras jornadas ligueras de esta temporada. De hecho, los de Fran Escribá solo habían conseguido marcar tres goles hasta que Aspas rompió su maleficio la pasada jornada contra el Athletic Club. Su gol sirvió para conseguir la victoria y calmar los ánimos de la afición celtiña.

Esta no es una buena noticia para el Alavés, ya que cuatro de los últimos seis goles que ha encajado contra el Celta los ha marcado Iago Aspas. Sin embargo, solo los de 2009 sirvieron para derrotar al conjunto babazorro. En las temporadas 2016-17 y la 2017-18 anotó en Mendizorroza, pero los locales se llevaron la victoria 3-1 y 2-1 respectivamente. De hecho, el balance de Aspas contra el Alavés no es positivo, con tres victorias, un empate y cuatro derrotas para el punta. Los otros dos goles los marcaron Radoja y Maxi Gómez, jugadores que ya no pertenecen al Celta pero que anecdóticamente siguen viviendo en la misma ciudad, pues el primero milita en el Levante y el segundo en el Valencia.

El Deportivo Alavés deberá tener bien vigilado a Iago Aspas mañana a partir de las 12.00 horas en Mendizorroza si quiere mantener la portería a cero. Motivación no le faltará al delantero de 32 años después de su gol frente al Athletic y por la espina que tiene clavada desde aquella semifinal de Copa del Rey. Por si fuera poco, unos ladrones asaltaron su casa en Moaña la semana pasada y se llevaron varios objetos de valor, por lo que tendrá ganas de desquitarse. Puede que quienes formaron parte del Alavés en el 2009 aún tengan pesadillas con Aspas, pero el gallego sueña con Laguardia y Pacheco. El duelo promete ser emocionante.