Vitoria - Normalmente, deben conformarse con seguir las evoluciones de sus ídolos desde la grada y limitarse a celebrar desde la distancia los éxitos albiazules y tratar de mandar toda su fuerza al césped cuando el equipo lo está pasando mal. Sin embargo, en la tarde de ayer, esta barrera fue derribada por completo y profesionales y aficionados fueron uno durante unas horas de fiesta albiazul por todo lo alto.
Este fue el feliz resultado de la iniciativa puesta en marcha por la entidad de Mendizorroza, que decidió abrir por un día las puertas de su casa a quienes, sin ninguna duda, son su principal valor. Desde bastante antes de las seis y media de la tarde -hora fijada para el inicio del encuentro- ya eran muchas las personas, mayores y pequeños, que esperaban pacientemente el pistoletazo de salida en las instalaciones del Bakh.
Cumplida la hora, las puertas se abrieron dando a paso a minutos de máximo frenesí entre quienes no podían ocultar su emoción por compartir espacio y tiempo con los que son protagonistas de sus mejores sueños (y por qué no reconocerlo, algunas veces también pesadillas). Los integrantes de la primera plantilla albiazul al completo les aguardaban pacientemente con una sonrisa esculpida en sus rostros y la mano preparada para rubricar cuantos autógrafos fuesen menester.
Convenientemente distribuidos por la espaciosa sala en pequeñas mesas, todos fueron recibiendo la visita de los aficionados aunque, evidentemente, algunos de los grupos rápidamente se convirtieron en los más solicitados.
Al margen de la posibilidad de estar junto a los jugadores del Glorioso, la tarde ofrecía un sinfín de alternativas a las muchas personas que se acercaron al Bakh. Sorteo de regalos albiazules cada diez minutos, la posibilidad de conocer Vitoria a través de la realidad virtual, disfrutar de los ritmos del incansable DJ, pintacaras para los más pequeños, concursos de puntería y muchas más atractivas opciones que hicieron las delicias de los asistentes a esta gran fiesta.
Llegado el momento de bajar al telón, tanto profesionales como seguidores coincidieron en que el colofón perfecto debe ser la conquista de los tres puntos el domingo.