Donostia - Minuto y resultado de la temporada.
-El inicio está siendo muy bueno. Teníamos partidos duros e interesantes y de momento, salvo el día del derbi, en el que no estuvimos, en todos los demás el equipo ha sabido plasmar lo que se nos estaba pidiendo en los entrenamientos. Lo que el míster quería y los resultados lo reflejan. Estamos contentos.
Juegan muy bien al fútbol.
-La idea que tiene Imanol es muy clara, desde el primer momento la entendemos y es un juego atractivo. Este año la afición puede disfrutar con lo que proponemos y se ve. Cuando estamos bien y salimos enchufados, la gente responde y las cosas nos salen.
Cuatro rivales ya les han planteado un partido defensivo en su estadio.
-Es cuestión de momentos porque el propio partido, depende de cómo vaya, te hace estar más replegados y más juntos. Creo que los equipos empiezan a conocernos y saben que nos gusta proponer, que queremos ser dominadores y está bien que ante eso intenten protegerse un poco más.
El estilo es innegociable, aunque cada vez con más retoques.
-El grupo da opciones para meter muchas variantes y cuantas más tácticas o técnicas podamos manejar, todos ganamos. Cuando el rival te exige, el que tú tengas diferentes herramientas, como tenemos nosotros, te hace quizás sobreponerte en los momentos en los que estés más presionado. Somos capaces de proponer y salir desde atrás, de intentar juntarnos e ir rápido, contamos con gente vertical? Tenemos muchos registros.
Los nuevos impresionan...
-Han caído de pie en el equipo. Todos ellos han empezado muy bien porque, aunque Remiro y Sagnan estén teniendo menos oportunidades, en el día a día se puede ver que están muy comprometidos, integrados y trabajando muy fuerte. A alguno sí que le había visto más por la tele, pero no es fácil cambiar de club, adaptarte al ritmo que se maneja aquí en el día a día y creo que todos ellos son muy conscientes de dónde están y lo que tienen que hacer, y no les puedo reprochar nada en el sentido del trabajo.
¿Cómo pueden salir tantos mediocentros tan buenos de Zubieta?
-Desde la base se trabaja muy bien. Es una posición en la que salen muy buenos jugadores porque hay buenos referentes y los ha habido años atrás. Los conceptos básicos de nuestra posición los intentamos interiorizar muy pronto, nos ayudan mucho a intentar visualizar el juego, a orientarnos bien, a comunicarnos, a intentar ser líderes en ese puesto? Y los datos dicen que los mediocentros que salen últimamente son buenísimos.
Illarra decía que aquí suelen situar a los buenos en ese puesto.
-No sé qué posición es la mejor, pero los jugadores que ahora mismo hay en el mediocampo en el primer equipo son de un nivel altísimo y también los que vienen por detrás.
En pocas palabras, ¿qué cogería de cada uno? ¿De Illarra?
-El poso, la calma.
¿De Zubeldia?
-En cuanto al trabajo defensivo, la agresividad que tiene.
¿De Zurutuza?
-Su llegada.
¿De Merino?
-La capacidad para no perder el balón y siempre elegir bien.
¿De Pardo?
-Su golpeo de balón.
¿De Sangalli?
-Su capacidad para girarse de espaldas.
Vuelve Asier Garitano. ¿Cómo le fue con él?
-Pude estar mucho tiempo con él y su cuerpo técnico, tanto en pretemporada como durante la campaña. Era otro tipo de entrenador, también con las ideas muy claras, y a mí, aunque con él no tuve muchas oportunidades, me ayudó a trabajar conceptos que no tenía tan interiorizados. Creo que es un buen entrenador.
¿No casaba con el estilo de la Real?
-Hubo muchos factores. Es verdad que lo importante a estos niveles son los resultados y, probablemente, si en su momento se hubieran encadenado más victorias, quizás no nos habríamos fijado tanto en el juego o en que diéramos tantos pases como ahora. Hubo rachas buenas y no tan buenas, pero creo que todos los que estuvimos con él aprendimos mucho de lo que nos quiso enseñar.
Les conoce bien y les tendrá ganas...
-Nos conoce bien, seguro. Las ganas, al ser entrenador de otro equipo que está compitiendo por obtener victorias, seguro que querrá venir aquí a llevarse los tres puntos.
¿Cómo está viendo al Alavés?
-Empezó muy bien, puntuando creo que en las tres primeras jornadas. En los últimos dos partidos ha perdido, pero es un equipo muy incómodo, muy difícil de superar. Parece que te puedes sentir cómodo porque te están esperando y te crees dominador, pero en cualquier momento son capaces de robar y salir. Es un equipo muy difícil de superar.
Seguro que será un duelo especial.
-Es un equipo al que tengo mucho cariño porque es el de mis inicios, el de mi ciudad, pero cuando tienes menos oportunidades, como tengo yo, cualquier partido lo afrontas como si fuera el último.
¿Puede entrar en la rotación?
-No lo sé. Con Imanol hasta el mismo día del partido no sabemos quién va a jugar. Yo desde la primera jornada trabajo al máximo entre semana para poder tener alguna opción y luego es él el que elige. Y está difícil y está caro entrar porque ya no solo los de dentro, si no que los once que juegan cada jornada desde la primera están haciendo un papel increíble y es difícil entrar.
De pequeño sería del Alavés.
-Sí, bueno, y sigo siendo. Solía ir con el aita. Tuvimos muchas épocas. La final de Liverpool le tocó a mis aitas y mis hermanos, y en el Calderón tampoco fui. Al tenerle tanto cariño, cuando las cosas le van bien me alegro un montón.
¿En su familia son socios?
-Hasta ahora sí lo han sido. Ahora mis hermanos están todos fuera, mis aitas se desviven por venir a vernos y vamos menos. Pero ellos también le tienen un especial aprecio.
El Alavés quiso ficharle en verano.
-Es cierto que hubo mucho ruido, sonaron muchas cosas, pero desde el día que firmé la renovación y el ascenso al primer equipo ya dije que mi único deseo era renovar aquí y si podía, poder estar en el primer equipo. Y no pensaba en otra cosa.
¿Mantiene amigos de su paso por el club gasteiztarra?
-Estuve hasta primer año de cadete y de mi quinta en el primer equipo no hay nadie, pero sí que jugué con Martín Aguirregabiria y tengo una especial amistad con él. Ahora le están dando cada vez más valor a la cantera, pero compararlo con lo que vivimos aquí, que es una pasada, pues?
¿Ha seguido los pasos de Manu García, que siempre destaca los valores de la Real?
-Coincido totalmente con él. Es a otro de los que tengo mucho aprecio y me fijo mucho en él. Me parece un jugador líder allí. Se ha ganado todo lo que ha conseguido a base de esfuerzo y trabajo y, efectivamente, cuando afirma que está muy agradecido le entiendo perfectamente porque lo que te enseñan aquí desde pequeño no sé si te lo enseñarán en otros lados.
¿Su cuadrilla no le vacila por no haber regresado?
-Desde que sonó todo aquello alguno me ha solido comentar algo de por qué no has venido y demás, pero me suelen dejar bastante a mi bola en ese sentido. Me gusta estar con ellos y cuando estoy me gusta hablar de otras cosas, intentar desconectar del fútbol y no me suelen dar mucho la brasa.
¿Primer recuerdo en txuri-urdin?
-Desde que llegas te fijas mucho en los que tenían cierto peso, como Xabi Prieto, y a raíz de que te vas acercando al primer equipo, todos los jugadores que ahora tengo la suerte de compartir momentos y que llevan muchos años aquí. A los que veías como si fueran dioses y ahora vas conociéndolos, sin dejar de admirarlos, pero es verdad que empiezas a considerarlos como amigos. Es curioso cómo se va dando ese cambio.
¿Dónde empezó a jugar?
-Desde pequeño en el Alavés. Antes había una escuela y entré en ella desde que la edad te permitía poder jugar a fútbol siete.
¿Cómo le fichó la Real?
-En mi última temporada, que es cadete de primer año, con 15 años, empecé a escuchar por medio de mi padre que hay cierto interés y a final de la temporada me lo manifiestan. Después de que mis aitas se vieran con Luki Iriarte, nos comentan la idea que tienen de traerme aquí. Desde el primer momento nos pareció un proyectazo y no tuvimos ninguna duda.
Era un cambio duro para sus aitas...
-Sí. Es un cambio muy grande y siendo muy joven. Pero mis aitas estaban por la labor. Lógicamente, siendo mis padres, quieren lo mejor para mí y yo en ese momento me puse muy muy pesado con que quería venir aquí. Y a ellos les parecía la mejor opción.
Forma parte de una generación impresionante: Zubeldia, Aihen, Thior, Oyarzabal...
-Nuestra generación era muy potente y ya se ha visto. En el Sanse quedan muchos de nuestra quinta que están apretando y creo que desde el inicio había un muy buen equipo. Prácticamente, en casi todas las competiciones que jugamos salimos campeones
¿Cómo jugaba con Zubeldia?
-De doble pivote bastante y era una gozada jugar con él porque nos entendíamos muy bien. Aparte de poder coincidir con otros tantos con tanta calidad, disfrutábamos mucho.
¿Se lo suele recordar a Imanol?
-Aún no se lo he dicho, pero igual algún día de estos se lo comento (risas).
¿Siempre de mediocentro?
-He tenido algún momento en el que he pasado atrás a jugar de central por circunstancias del partido, pero mi posición natural es el medio.
Conoce bien a Oyarzabal...
-Desde que llegó se le veía que tenía cosas diferentes. Como no éramos de aquí, de Donosti, y no habíamos empezado desde el primer día en categorías inferiores, eso nos ayudó a que hiciéramos una relación más íntima. Nuestra amistad es muy especial.
¿Disfruta con su explosión?
-A estas altura ya? Entiendo que a la gente todavía le sorprenda y eso que no ha alcanzado su techo. Nadie sabe dónde está su límite. Pero son muchos días entrenando juntos, muchos días viéndole hacer este tipo de cosas y cada vez que hace una jugada de las suyas no me parece nada raro porque sé de lo que es capaz.
Tiene que ser muy duro no jugar.
-Depende de la perspectiva con la que lo mires. Soy más de pensar que todo lo que te pasa es por algo y es lo que realmente necesitas en el momento. Si hasta ahora he tenido tres años en el Sanse, era lo que mejor me podía pasar y fruto de ello es el día a día de ahora, el poder disfrutar del primer equipo. Claro que soy jugador y todo jugador lo que quiere es jugar, pero entiendo que es el primer año, que hay muchos jugadores en mi posición que lo están haciendo de cine. Quiero jugar, por supuesto, pero disfruto del día a día, de entrenar con los mejores jugadores cada semana, el poder aprender de ellos y en el momento en el que me llegue intentaré estar preparado.
¿Se fija en los que se quedan fuera?
-Sí, aunque todavía de los cinco primeros partidos he conseguido entrar en la lista de varios. Sé lo que es quedarse fuera, no es nada fácil y creo que hay que reconocer el esfuerzo de los que entrenan como los que más y luego no entran en la convocatoria porque esos son los que ayudan a que las cosas salgan bien. Los once que juegan lo están haciendo muy bien, pero si hemos empezado bien, también es por los que no están entrando en la convocatoria y están entrenando como el que más todos los días.
¿Se siente un canterano más?
-Después de tantos años me siento así.
Vive con Aihen. ¿Cómo está llevando la llegada de Monreal?
-Está bien el poder vivir juntos porque las alegrías y las penas las vives con otra persona con la que compartes prácticamente todas las horas del día. Lo está llevando muy bien. De cinco partidos ha jugado tres, que no está nada mal. Es verdad que no es su primer año, porque la segunda vuelta del año pasado jugó casi todo, pero todavía está empezando. La llegada de Monreal le va a ayudar porque no se va a sentir desplazado, sino que viene un jugador que lleva muchísimos años en la elite, rindiendo a un máximo nivel y sabe que tiene que aprender de él. Está trabajando muy duro y está feliz y alegre. Estoy convencido de que cuando le vuelva a llegar la oportunidad lo va a hacer de lujo.
¿Siente la confianza de Imanol?
-Claro. Llevo mucho tiempo ya con él, ha sido uno de los entrenadores más importantes en mi carrera, porque con él es con el que más he evolucionado. Me gusta muchísimo su estilo de juego porque es el que mejor encaja con mi forma de jugar y así lo entiendo, y considero que él confía en mí y que en el momento que crea conveniente me dará la oportunidad.
¿Habla mucho con usted?
-Igual que con los demás. Le gusta estar en contacto con los jugadores, mantener conversaciones, preguntarnos constantemente cómo estamos, si nos ocurre algo cómo nos sentimos, y en ese sentido es bueno que de vez en cuando esté encima nuestro.
¿Podría llegar a replantearse su situación en enero?
-No lo sé. Todavía queda mucho y yo solo pienso en el día a día. Aunque no esté jugando, me siento muy feliz y muy a gusto aquí.
¿A un canterano le choca que se hayan hecho seis fichajes?
-No sé si la palabra es chocar, pero no es la tónica habitual de los últimos años. Yo lo que creo es que eso hay que valorarlo a lo largo y al final de la temporada. Ahí se verá si los fichajes que se han hecho nos han ayudado. Hasta ahora está clarísimo que lo están haciendo. Gracias a ellos, el equipo da un salto de calidad y de nivel.
¿Le da importancia al descenso del porcentaje de gente de casa?
-Aunque se haya incorporado gente de fuera, aquí la filosofía sigue siendo muy clara y la apuesta del club por la gente de aquí es enorme.
Eso sube el listón de la exigencia.
-Sí, por supuesto. En cada partido se quedan fuera varios jugadores buenos. Aquí lo que importa es el equipo y esto provoca que todos demos el 200% y que haya una competencia feroz. Todavía es pronto para andar pesando en qué puede pasar. Queda mucho camino por recorrer y, sobre todo, mucho margen de mejora.
¿Le sabe mal ser destacado en su debut y no haber vuelto a jugar?
-Le doy valor a que me pongan de titular en el once. Bueno, por suerte o por mala suerte, luego hubo un parón por selecciones y después me rompí el cuádriceps. Me tocó parar y luego volver a entrar es complicado. En las últimas jornadas, el Sanse necesitaba que jugásemos todos los disponibles y, aunque fue una pena, me quedo con que debuté.
¿Guarda un buen recuerdo del día?
-Bueno, la primera parte fue muy buena. Entramos muy bien y fuimos muy superiores al Levante. En la segunda bajamos un poco la intensidad y ellos se vinieron arriba. El típico partido que te quedas con la sensación de haber podido lograr más.
No calla en el campo.
-Sí, me siento cómodo así. Es una manera que tengo para estar concentrado. Me gusta estar pendiente de intentar corregir a los que tengo al lado. Hace que estés mucho más metido en el partido.
¿Qué le queda por mejorar?
-Muchas cosas. Defensivamente, tengo mucho margen de mejora. Con balón, creo que puedo tomar mejores decisiones; y físicamente, siempre puedes estar mejor.
¿Tiene madera de líder?
-Me gusta tener protagonismo y comunicarme; el puesto te ayuda a ser la cabeza visible. Pero para poder ser líder tengo que demostrar muchas cosas.
Vive en El Antiguo y estudia la carrera de Derecho.
-Sí, me quedan tres asignaturas de tercero y el último curso. Me gustaría ser abogado, como mi ama. Ya decidiré la especialidad.
Ahora parece que si los canteranos no estudian se pueden quedar fuera de las listas? Cada vez son más.
-Yo creo que es porque estamos muchos de casa en la plantilla. No es por obligación, sino porque nos gusta estudiar y formarnos fuera de lo que es el fútbol, porque sabemos que esto se acaba y hay que seguir con tu vida. Tenemos un entorno que deja claro que no todo es fútbol.
¿Un objetivo personal y grupal?
-Personal, evolucionar todo lo posible y, si se puede, contar con minutos. Y grupal, no hay que ponerse límites, seguir compitiendo y acabar lo más arriba posible.