Vitoria - “Me gustaría ver un equipo aguerrido, rápido, agresivo y, a ser posible, solvente en las áreas”. En ese deseo de Asier Garitano expresado en la previa del duelo contra el Levante la única duda para el entrenador se encontraba en la última parte de la frase. De los aspectos emocionales y que dependen del despliegue físico y la entrega de sus futbolistas tenía una certeza casi absoluta, pero el análisis de los partidos depende de los resultados y el marcador final se determina por lo que ocurre en las áreas. Y, precisamente, en las dos zonas determinantes del campo el Deportivo Alavés acabó siendo el dominador, con Fernando Pacheco ejerciendo de rey en el área propia y Joselu convertido en monarca absoluto en la parcela defendida por Aitor Fernández. El portero extremeño con sus paradas y el delantero gallego con su gol fueron los elementos resolutivos de un Glorioso que se amparó en su eficacia para hacerse con tres puntos de oro en su estreno.

Pacheco, que había estado en duda casi hasta los últimos entrenamientos por culpa de unas molestias en el tobillo que le han dado problemas durante la pretemporada, evidenció una vez más que su presencia en los altares divinos del alavesismo no es ninguna casualidad. Que haya clubes que le ofrezcan a la entidad del Paseo de Cervantes lo que no se pueden considerar más que simples migajas por el traspaso de San Fernando podría ser considerado como un insulto de calibre mayor, más aún visto el dinero que se ha movido por otros cancerberos. Mientras los ojos de los demás se mantengan ciegos, Mendizorroza seguirá disfrutando de un portero de un nivel colosal y que ayer fue clave en la victoria. Como acostumbra a decir Víctor Laguardia, para el equipo su valor es similar al de un gran delantero y lo evidenció con dos manos divinas a Bardhi y Sergio León y una tercera parada, con el pie, a Vezo. En el primer partido del curso, el extremeño echó el candado a su portería y recibió con todo merecimiento los parabienes de una grada que lo idolatra con toda la razón.

Garitano tiene claro que tiene que asentar su proyecto sobre la fiabilidad defensiva y ahí tiene mucho trabajo adelantado porque cuenta con una base que ya con Abelardo funcionaba a la perfección. Los problemas para los equipos humildes llegan a la hora de encontrar goles, más aún cuando en esa zona el Alavés todavía se encuentra falto de argumentos. Joselu había terminado la pretemporada marcado ante el Oviedo y, aprovechando su perfil de dominador del juego aéreo, el preparador de Bergara apostó por darle continuidad. A la postre, todo un acierto. El interminable punta nacido en Alemania y forjado en Galicia cabeceó a la perfección un saque de esquina de Aleix Vidal -dieron las primeras muestras de que pueden tener una buena conexión- para superar a Aitor Fernández. Con incertidumbre porque fue el VAR quien acabó determinando que su remate había entrado, lo que anulaba el cabezazo posterior de Guillermo Maripán, que remachó la acción jugándose el físico por su quedaba alguna duda. Un tanto que servía para sumar los tres puntos y que le viene de maravilla al delantero, pues los nueves viven de rachas.

Pacheco y Joselu reinaron en las áreas y sus intervenciones acabaron siendo determinantes para que el Alavés abriese con victoria la nueva temporada liguera.