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Árbitro Soto Grado (riojano).

1-0, minuto 54: Joselu. Saque de esquina de Vidal que remata en el primer palo Joselu y Aitor Fernández solo consigue despejar cuando el balón ya había traspasado la línea de gol.

Amonestó a Joselu (minuto 38), Melero (minuto 44) y Manu García (minuto 65).

Saber resistir. El Alavés está todavía falto de rodaje y evidenció problemas con el balón para armar su ataque, pero supo protegerse bastante bien de las ofensivas del Levante con un Pacheco que sacó a relucir su versión divina para dejar la portería a cero.

Balón parado. Para equipos que se encuentran limitados en ataque, las acciones de estrategia son fundamentales. Y claro ejemplo es el Alavés de la pasada campaña, que sacó petróleo de este tipo de acciones. Esa línea encontró continuidad ayer con un saque de esquina -los albiazules tuvieron solo dos, por nueve del Levante- de Vidal que cabeceó a la red Joselu.

Vitoria - Empezar una nueva temporada con victoria es tan importante que no es de extrañar que Mendizorroza estallase ayer de júbilo como si a su equipo le fuesen a dar un trofeo a la conclusión de los primeros noventa minutos del curso. A estas alturas, como se evidenció, los equipos están cogidos todavía con hilvanes y el riesgo de empezar a contrapié y arrastrar una pesada mochila durante meses es evidente. Por eso tres puntos son un gran tesoro y es más importante el fondo que las formas. Al Deportivo Alavés de Asier Garitano le queda mucho trabajo para pulir sus defectos en ataque, pero la solvencia de su entramado defensivo y un acierto aislado en la estrategia le permitieron sumar una dosis importante de tranquilidad que tuvo a Fernando Pacheco y Joselu como protagonistas.

Estaba claro que Garitano se había escondido cartas en la pretemporada y lo demostró con un primer once en el que tácticamente rompió con lo que había enseñado con anterioridad. Pina como único pivote, Manu García y Wakaso por delante -el capitán con libertad de movimientos en ataque, convertido en segundo punta por momentos- y la única referencia en punta de Joselu en un once titular en el que los tres jugadores de arriba -además del gallego, Vidal y Rioja, con la sorpresa de que Lucas Pérez se quedase en el banquillo- eran nuevos y los ocho restantes -todo el entramado defensivo y el centro del campo- pertenecía a la vieja guardia.

La idea clara del Alavés partía por buscar las bandas y las segundas jugadas con desplazamientos en largo, mientras que el Levante, con un centro del campo plagado de calidad, buscaba el juego combinativo. Y fueron los granotas mucho más eficientes en el arranque, con varias buenas conexiones que rompieron el entramado defensivo albiazul. Así, Pacheco hubo de detener un cabezazo flojo de Campaña, mientras que León le puso un nudo en la garganta al guardameta con una vaselina que se le fue desviada.

El planteamiento vitoriano en su ataque estaba claro, pero fallaba la ejecución. La secuencia de pases sencillos errados en plena concepción de la ofensiva resultó alarmante por momentos, pero cuando el cronómetro se acercaba ya a la media hora los engranajes parecieron engrasarse. Así, Duarte probó de lejos los reflejos de Aitor Fernández y, tras muchos fallos, Vidal consiguió desbordar por la derecha para ponerle un balón franco a un Rioja que tuvo la mala suerte de empalmar con la diestra muy desviado. Eso sí, antes de que se cerrase el primer acto la mejor ocasión de todo el período la tuvo Bardhi, ante el que apareció San Fernando -el extremeño sigue subido en el pedestal, como se encargaría de demostrar hasta el final- para sacar una mano salvadora que dejaba la resolución para la segunda parte.

Tras el descanso, le dio el Alavés una vuelta de tuerca a su ritmo para ponerse en su versión apisonadora, esa que atropella a sus rivales a base de piernas. Vidal apareció con insistencia y se empeñó en conectar con Joselu. A la primera no salió bien por el despeje de Postigo que llevó el balón al córner, pero a la segunda el extremo encontró la cabeza del delantero, cuyo testarazo no llegó a salvar Aitor Fernández -remachó luego Maripán, pero tras consultar al VAR el gol fue para el punta-, convirtiéndose en el 1-0.

A partir de ahí, El Glorioso se dedicó a defender con uñas y dientes el enorme premio que había encontrado. Garitano fortificó el centro del campo con Pons y, tras comprobar que el Levante estaba llevando peligro por las bandas, decidió acabar con tres centrales para apoyar a los desbordados laterales -apenas contaban ya con ayuda de los extremos, desfondados- dando entrada a Tachi. El trabajo de la batería defensiva fue descomunal por arriba y por abajo, pero el verdaderamente resolutivo fue, como de costumbre, un Pacheco que dejó claro una vez más que vale muchísimos más millones de los pocos que ofrecen por él. Otras dos intervenciones de San Fernando ataron un triunfo en el estreno que es un tesoro.

Dice Laguardia que el Alavés tiene un portero que vale tanto como un delantero y el extremeño volvió a evidenciar ayer que dicha afirmación es una realidad. Tres paradas decisivas.

Al capitán le tocó ocupar mucho espacio de campo y en esa tarea de recorrer metros y ofrecerse por arriba estuvo bien, pero con el balón cometió errores muy peligrosos.