vitoria - Muchas de las decisiones que va a tomar el Deportivo Alavés con su cantera o algunos de sus convenidos están supeditadas a lo que suceda este domingo en Tarazona con el filial. Una de ellas sin ir más lejos es la apuesta que se hará con el San Ignacio tras su brillante ejercicio este curso recién acabado para los de Raúl Llona. El técnico riojano, por ejemplo, tiene un año más de contrato y habrá que ver que banquillo ocupa la temporada que viene. Parece claro que la apuesta económica será menor en cualquiera de los casos, aunque pudiera aumentar aún más si los de Iñaki Alonso no consiguen ascender. Durante varias fases de este campeonato ha creado cierta inquietud el hecho de que el cuadro de Adurza estuviera por encima del equipo nodriza del Alavés en la clasificación. No resultaba muy comprensible que un bloque nuevo compuesto a base de jugadores que la propia entidad del Paseo de Cervantes cedía, obtuviera mejores resultados. Y de fondo, no tenía mucho sentido apostar fuertemente por dos escuadras en la misma categoría. Si la pirámide fuera semejante a la que tiene el Athletic con el Basconia la inversión en la entidad que preside Juan Ignacio Rueda tendría todo el sentido del mundo. La gran actuación del San Ignacio no ha pasado desapercibida para los responsables del fútbol basea albiauzl y alguno de sus jugadores estarán la temporada que viene en el filial. Por ejemplo, el portero Aritz Casto o el delantero Rodrigo Rivas, aunque puede que no sean los únicos.

Por contra, el cuadro blanquinegro verá el ascenso de algunos juveniles que esta campaña han rayado a buen nivel y que se han ganado esa oportunidad, como el vitoriano Sugoi Soto o el portero guipuzcoano Jesús Lazaro. Sin embargo, otros futbolistas del propio San Ignacio o de edad juvenil del Alavés que no cuentan para el próximo ejercicio se tienen que buscar acomodo en otros conjuntos. Es el caso de Darko Eguiluz, que se va al Amurrio, lo mismo que Andoni Gallego, que salió de Ibaia con destino al Aurrera en plena pretemporada pasada. - Mikel Uriarte