vitoria - Ibaia acoge esta mañana (12.00 horas) la primera de las dos finales que le restan al filial del Deportivo Alavés en su pedregoso camino hacia la Segunda División B. El conjunto dirigido por Iñaki Alonso pretende dar un paso de gigante hacia una categoría que pisó por última vez en la lejana temporada 2005-06. Desde entonces, han pasado ya prácticamente tres lustros y en esta ocasión emerge una oportunidad de oro ante la SD Tarazona para hacer realidad este objetivo. No en vano, la presencia del filial en la tercera categoría del fútbol estatal podría acelerar el desarrollo y la progresión de numerosos jóvenes en los que el club tiene depositadas grandes expectativas.

Tras dejar en la cuneta en las anteriores eliminatorias al Compostela y al Escobedo, el filial del Alavés se medirá al indiscutible líder del grupo aragonés en la presente temporada. Sin embargo, el conjunto aragonés en manos de David Navarro tampoco infunde un excesivo temor teniendo en cuenta los enormes apuros que sufrió para batir en el anterior cruce a un combativo El Palo. Su rostro más conocido es el de Roger Marcè, que hace dos cursos vistió la elástica de un equipo vitoriano de nuevo con bajas sensibles en su engranaje.

Y es que Iñaki Alonso tampoco podrá contar esta mañana con los sancionados Paulino, Perera y Mahmoud. En principio, el técnico vizcaíno podría repetir en el once titular con Javi López en el lateral izquierdo y conceder la alternativa en la punta de ataque a Elejalde. En tiempos de precariedad, otros futbolistas han sabido dar un paso al frente en los últimos encuentros.

Ibaia registrará un ambiente de gala con alrededor de 800 espectadores en las gradas después de que todas las entradas puestas a la venta hace días se agotasen en un corto intervalo de tiempo. En principio, también estaba prevista la presencia de centenares de aficionados procedentes de tierras aragonesas, pero el escaso aforo del recinto de juego albiazul lo impedirá.

Como siempre sucede en este tipo de eliminatorias a doble partido, la principal premisa para el filial del Alavés consistirá en mantener su puerta a cero y, al menos, marcar un gol que le permita viajar la próxima semana a Tarazona con cierta tranquilidad. En definitiva, 180 minutos para que todo el esfuerzo y el sacrificio de una campaña agotadora no se vaya al traste de la peor manera.