Vitoria - Con tan solo el equipo filial compitiendo y a expensas de lo que pueda pasar para tomar decisiones al respecto, los responsables del fútbol base del Deportivo Alavés han empezado a tomar las primeras decisiones en cuanto a la configuración de sus banquillos para la próxima temporada. Así, no habrá ninguna cara nueva respecto a lo que ha sido la lista de entrenadores que han dirigido los diferentes conjuntos de la estructura albiazul. Sí que habrá un baile de varios de ellos, pasando de una escuadra a otra. De hecho, el único inamovible es Bittor Llopis, que seguirá aleccionando al Juvenil División de Honor. No ha conseguido el objetivo de jugar la Copa del Rey, pero sigue contando con el aval de Mikel González, con el que tiene de hace tiempo una gran relación, para encargarse del tercer conjunto babazorro.
En el siguiente escalafón, se encuentra el Juvenil Vasca que el próximo curso lo dirigirá Javi González, en lugar de Egoitz Bilbao, que deja la entidad vitoriana tras haber perdido la categoría nacional. El vizcaíno se ha responsabilizado en la campaña recién concluida del primer cadete, pero da el salto tras los óptimos resultados cosechados. Se había especulado incluso con su marcha a Lezama para llevar uno de los equipos del Athletic, pero el Deportivo Alavés ha hecho valer el contrato que le ataba para mantenerlo en su estructura técnica. Su hueco en el cuarto conjunto de la pirámide albiazul será responsabilidad en el ejercicio 2019-20 de Andoitz Galdos, quien sube un peldaño en el escalafón después de haber llevado el segundo cadete este año.
Precisamente este bloque es el que tendrá como máximos encargados a dos segundos entrenadores. Y es que Iñigo Kalderon en el filial y Odei Calzón harán pareja para encargarse de dicho grupo. Kalderon se encuentra todavía inmerso en competición con la fase de ascenso a Segunda B junto a Iñaki Alonso. Calzón ha sido la mano derecha de Rául Llona en el San Ignacio, cumpliendo con creces las expectativas que había depositadas en él. Su trabajo está bien valorado en Mendizorroza y aunque baja varios peldaños de categoría ahora tendrá otra responsabilidad al trabajar con jugadores más jóvenes que los que ha tenido este campeonato.
Una de las curiosidades en cuanto a la elección de los banquillos del fútbol base albiazul la representa Diego Marqués, destituido el pasado mes de diciembre del segundo juvenil y quien llegó a tener un litigio con el club vitoriano al no llegar en principio a un acuerdo para su rescisión. En el acto de conciliación posterior, se le ofreció un contrato nuevo y el preparador aragonés lo aceptó teniendo ahora la manija del infantil de segundo año. Ese banquillo era este curso que acaba de terminar de Roberto Pérez, quien pasará a responsabilizarse de los infantiles de primer año, bloque que recupera el Deportivo Alavés después de varias campañas sin tenerlo en su organigrama. Por último, Íñigo López cogerá las riendas del alevín junto a Adrián Aguilera.
Quien no seguirá siendo la cabeza visible del trabajo de metodología es Ibon Etxeazarra. Tras seis temporadas siendo una de las cabezas visibles del trabajo diario de Ibaia dejará sus funciones. Fue Óscar Garro, el nuevo responsable del fútbol base albiazul, quien le transmitió la decisión la semana pasada, aunque sin darle explicación alguna a su no continuidad. Su forma de entender el fútbol de formación y sobre todo su relación con los clubes convenidos han constituido sus mejores avales, situaciones que habrá que ver ahora cómo y con quién las solventa la entidad que preside Alfonso Fernández de Trocóniz.