Vitoria - Después de que Abelardo anunciase al Deportivo Alavés que no iba a aceptar la oferta de renovación que le habían planteado, Sergio Fernández empezó a pensar de inmediato en las necesidades a cubrir en el banquillo de cara a la nueva etapa que supondrá la temporada 2019-20. Y una idea hay clara en la cabeza del director deportivo albiazul, que no se van a volver a repetir experimentos como los que la pasada campaña se acometieron con Luis Zubeldía primero y con Gianni De Biasi en segunda instancia. Se busca un entrenador con experiencia, que conozca a la perfección la competición española y haya obtenido recientemente buenos resultados y que pueda adaptarse a la filosofía de un club en el que el proyecto deportivo convive con el institucional, restando este último recursos económicos del primero. La idea es perfilar definitivamente la identidad del nuevo técnico en las semanas que quedan hasta el final del curso y que finiquitado el mismo a mediados del próximo mes de mayo comience a trabajar mano a mano con la dirección deportiva en la confección de la nueva plantilla.

El abanico de nombres que maneja Sergio Fernández, quien ya ha recibido ofrecimientos de todo tipo que se han descartado prácticamente de antemano -varios de ellos llegados desde Argentina-, no es demasiado amplio. Hay entrenadores que gustan mucho en las oficinas de Mendizorroza, pero que plantean una serie de inconvenientes difíciles de resolver. Es el caso de Pablo Machín, que tras su paso por el Sevilla parece encontrarse ya en un escalafón económico superior al de los clubes de la zona media-baja de Primera y que, además, precisa de un proyecto hecho a su medida por el particular estilo de juego que desarrolla, para los que necesita futbolistas con un perfil muy específico. Si los escollos con el preparador soriano parecen insalvables, más aún lo son con otro técnico que gusta incluso por encima del director deportivo, Julen Lopetegui. El guipuzcoano, como otros preparadores nacionales que se encuentran en el paro, tienen un caché económico muy lejano al que El Glorioso puede ofrecer.

El nombre que aparece en todas las quinielas es el de Asier Garitano, con quien durante los últimos días se han mantenido ya los primeros contactos. El técnico de Bergara, despedido de la Real Sociedad a finales de 2018, ve en el Alavés una oportunidad de oro de retomar su carrera y ha acogido con satisfacción esa primera muestra de interés. Su estilo entronca a la perfección con la idea futbolística que ha manejado el club a lo largo de las últimas temporadas y en el Leganés evidenció que es capaz de sacar mucho rendimiento de plantillas de calidad ajustada. Y, una gran ventaja, tiene libertad absoluta para comenzar a trabajar de inmediato al encontrarse en estos momentos en paro.

Garitano representa la solución más sencilla y esa cuestión facilita al máximo su llegada, pero el guipuzcoano no es el único nombre que está manejando el Alavés. El otro principal candidato es un José Luis Mendilibar que acaba su vinculación con el Eibar al final de la presente temporada y al que Sergio Fernández conoce muy bien de su etapa en el club armero. El de Zaldívar apuesta por un estilo de juego mucho más ofensivo, siempre va a buscar al rival y se ha caracterizado por sacar un rendimiento enorme de futbolistas descartados por otros clubes, además de trabajar a la perfección con los jóvenes cedidos. Desde la cúpula de Mendizorroza se entiende que es el técnico idóneo para iniciar una nueva etapa, pero el vizcaíno está muy apegado al Eibar, donde disfruta de mucho poder más allá del banquillo y ya le han ofrecido seguir un año más, y su desembarco en Vitoria, de acometerse, podría retrasarse excesivamente.