Vitoria - Si una imagen vale más que mil palabras, el Deportivo Alavés dejó ayer dos momentos que hablan bien a las claras del momento anímico que vive un equipo que languidece. Por una parte, el silencio de una grada de Mendizorroza que ayer, con la renuncia de Iraultza 1921, retrocedió varios años en su historia para volver a convertirse en ese estadio triste y anodino que fue durante tanto tiempo, en el que los silbidos eran más comunes que los ánimos. Si triste fue esa imagen, desoladora fue la fotografía final del encuentro, con muchos jugadores tendidos sobre el verde tras el gol de Silva cuando ya casi se consumía el partido y que dejó al Glorioso sin una victoria que, sin mucho merecimiento, ya casi abrazaba. La opción de seguir metido de lleno en la pelea por Europa estaba ahí e, incluso, la clasificación sigue afirmando que este equipo se encuentra vivo, pero las sensaciones a estas alturas de curso no pueden ser peores y todos los indicios señalan a un grupo que va perdiendo gas de manera inexorable y que tampoco va a contar con el respaldo de ese valor incalculable que es su afición.
En el tercer esfuerzo de la semana, Abelardo dispuso solo dos variaciones con los retornos al once de Ely y Manu García, mientras que tácticamente los extremos variaron sus posiciones habituales, con Jony de inicio en la derecha e Inui en la izquierda, aunque los dos fueron alternando puestos a lo largo del partido, como viene siendo costumbre. Eso sí, lo más destacado en el arranque del partido fue el silencio de una grada completamente desconocida respecto a los últimos años por la ausencia de Iraultza 1921. Un frío que se trasladó directamente al verde, donde seguramente los futbolistas también se sintieron raros sin ese sonido ambiente que hasta ahora siempre les había empujado.
Aunque el Alavés trató de llevar el peso del juego, el primer aviso serio lo dio el Leganés con un mano a mano que Pacheco le sacó providencial a Merino, que le había ganado la espalda a la defensa. Acto seguido llegó la reacción albiazul, facilitada por un horripilante Bustinza que primero falló en un marcaje a Jony que casi acaba en gol y que acto seguido cometió penalti sobre Calleri por un claro agarrón en el área de esos que en demasiadas ocasiones se dejan sin castigar. No dudó Mateu Lahoz como tampoco lo hizo el argentino desde los once metros para poner el 1-0 en el minuto 18.
La ventaja en el marcador asentó a un Glorioso que se hizo dominador absoluto del duelo. El Leganés no se inmutó en exceso con el tanto en contra y se dedicó a seguir esperando su oportunidad, intentando que no pasase nada. Tampoco los albiazules pisaron el acelerador de manera evidente, pero sí que fueron quienes protagonizaron las aproximaciones al área rival más peligrosas -eso sí, Pacheco hubo de aparecer de nuevo para despejar un disparo envenenado de Gumbau- en un tramo final del primer acto tan extraño en el ambiente como todos los minutos desde que el colegiado señalase el inicio del partido.
Tras el descanso, de nuevo fue el cuadro madrileño el que dio el primer aviso con un cabezazo de Braitwhite rozando el larguero. Y también el segundo llegó en un testarazo de Gumbau atajado por Pacheco. En todo caso, el Leganés se encontraba con unas facilidades inusitadas para poner el balón en zona de riesgo.
Fue capaz de sobreponerse el Alavés a esas complicaciones en el arranque del segundo acto y recuperó el dominio del partido, aunque atenazado por esa duda que siempre existe cuando el marcador es ajustado y se piensa más en conservar la ventaja que se tiene que en buscar ampliarla. La timidez del equipo sobre el verde era correspondida por la frialdad de una grada que en nada apoyó a su equipo.
A los diez minutos finales entró el partido todavía apretado y ahí los de Pellegrino decidieron dar definitivamente el paso al frente. Entonces Mendizorroza olió de cerca el peligro y entonces sí que llegó el bullicio. Optó Abelardo por amarrar el encuentro con la entrada de Wakaso para sumar músculo en el centro del campo y la entrada final de Ximo Navarro para potenciar el juego aéreo. Parecía el partido ya completamente controlado y los cuatro minutos de añadido expiraban cuando la fortuna hizo que Silva marcase un golazo extraordinario en un centro-chut desde el costado que acabó en la escuadra. Los jugadores albiazules se derrumbaron sobre el césped en la viva imagen de un equipo caído y tremendamente afectado por la tristeza que le rodeó.
Penalti y poco más. El caudal ofensivo del Alavés se redujo prácticamente al penalti de Bustinza sobre Calleri que le sirvió al delantero argentino para abrir el marcador a los 18 minutos de juego. A partir de ahí, el cuadro albiazul no generó ni un solo disparo a portería.
Defensa y desastre. Al conjunto vitoriano le costó cerrar las vías que con el paso de los minutos le abría el Leganés, apostó Abelardo por trivote y encima acabó con tres centrales, pero todas esas medidas de contención fueron insuficientes para frenar el centro-chut de Silva que acabó en la escuadra de Pacheco en el minuto 93, sin espacio a la reacción.
Muy poca cosa. El Alavés se encontró con un penalti a favor en los primeros minutos que transformó Calleri y ahí se acabó el caudal ofensivo de un equipo que no buscó ni una sola vez más la portería de Cuéllar. Sufrió mucho en el juego aéreo y su solución fue meter en el tramo final tres mediocentros y otros tantos centrales para controlar una victoria que se fue por la borda con el gol de Silva.
El argentino es un titán capaz de pelearse hasta con su propia sombra y ayer dio una nueva muestra de sacrificio y compromiso. Provocó el penalti y lo marcó.
El centrocampista no está atravesando por su mejor momento de forma y eso lo nota muchísimo un Alavés que lo tiene como referencia a la hora de crear con el balón.
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1-0, minuto 18: Calleri, de penalti. Agarrón de Bustinza al delantero argentino en el área y el propio Calleri marca desde los once metros de disparo raso a la izquierda.
1-1, minuto 93: Silva. Centro-chut del lateral izquierdo del Leganés que entra por la escuadra del segundo palo en un golazo sensacional.
Amonestó a Bustinza (minuto 16), Pina (minuto 32), Gumbau (minuto 44), Manu García (minuto 47), Martin (minuto 47), Silva (minuto 58), Duarte (minuto 69), Ely (minuto 76) y Twumasi (minuto 87).
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